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Se despertó en cuanto sonó la alarma de su celular, entretenido con la canción que eligió con mucho detenimiento al ser la menso escandalosa y rara entre todo el repertorio que venía integrado. Volviendo a meter su mano dentro de las cobijas al apagarla y mirar por la ventana.

Movió un poco las cortinas, teniendo presente la clara imagen de su pueblo en la oscuridad, no tan oscuro como por la noche, ya que comenzaba a amanecer.

Levantándose con cuidado, se propinó una merecida ducha sin perder la somnolencia, teniendo más energías mientras cubría su cuerpo de ropa cómoda y agradable para su imagen. No es que estuviera preocupado por lucir bien en otro mundo o para el rubio, era por su propio gusto. Eso trataba de decirse.

Con precaución, arregló su habitación del poco desastre que logró hacer en algún momento, sin hacer ruido, teniendo en cuenta del ligero sueño que poseían sus padres algunas veces.

Estando al tanto del mensaje de Jimin donde decía que lo esperaba pacientemente en la carretera, abrió la ventana de su habitación y aventó su mochila con una muda de ropa por si era necesario convertirse, su celular estaba adentro, protegido de ser destrozado por la caída. También tenía una botella de agua y una manzana, preocupado por mantener su energía sin desayunar.

Al momento en el que se tomó del marco de la ventana para poder saltar en dirección al árbol, su brazo fue tirado hacia atrás, obligándolo a rodar por la cama y caer al suelo. Su cabeza hizo un sonido sordo al chocar contra el suelo, su espalda doliendo por el impacto, el aire resistiendo dificultosamente dentro de él.

─¡¿A dónde carajos crees que vas?! ─gritó el hombre.

Jungkook le miró con horror, notando por primera vez a su padre verdaderamente agresivo, por estar concentrado en sus cosas no sintió a su padre llegando hasta a él y tampoco a su madre a los pies de la puerta, temblando de miedo.

─¡Alfa! ─dijo la mujer. Recriminado la violencia de su padre, recibiendo una severa mirada que la hizo callar y temblar aún más si era posible, llenando sus ojos de lágrimas que Jungkook no pudo perdonar.

Se levantó gruñendole a su padre, teniendo este miedo a él, la sensación de querer ser protegido, de correr lo más lejos posible. Sentía a su lobo queriendo protegerle, ¿protegerse a si mismo?, ¿era la autoconservacion?

Su padre está ahí, frente a él, con las cejas juntas, comenzando con un gruñido bajo que le hizo temblar las piernas al pelinegro.

─Responde la puta pregunta, Jungkook.

─Soy un corredor, saldré. Lo normal.

─¿Tan temprano por la mañana?

─Me gusta vigilar y entrenar lo más rápido posible.

─¡A mi no vas a mentirme!

Sintió demasiado el suceso demasiado rápido, la mano de su padre había estampado contra su rostro, con la cara volteada y una expresión de impresión, tocó su mejilla que comenzaba a tener color, su labio roto por la garra de su padre que salió sin su permiso debido a sus negativos sentimientos. Su progenitor, bañado en sorpresa también, volviendo a tomar su postura dura, pero no como antes.

─Sé que has salido del territorio ─aclaró su padre ─, antes de ser corredor y después de. Cumples con tus trabajos más rápido de lo que otros alfas cuando eras el más atrasado de todos y al vigilar dejas directamente tu aroma y te vas al bosque. ¿Qué mieda haces ahí?, ¿cómo se te ocurre ser un puto corredor si no tienes lobo?, estás rompiendo las reglas.

─¿Cuales putas reglas? ─soltó el menor, con los ojos llenos de lágrimas ─. Cumplo con los malditos trabajos que no quiero hacer, hago más trabajos de los que debería, termino todo a tiempo y me convertí en corredor por el bien de la manada y tu puta posición. ¡¿Por qué carajos te quejas ahora si hago todo lo que quieres?!, ¡¿eh?!

Be or Not | JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora