—Es muy importante para mis padres. Les preocupa la universidad. Saint Francis tiene instalaciones que esta escuela no tiene, y sienten que conseguiré algo mejor si voy ahí —comentó Simon, el cual se encontraba en la oficina del señor Mazzu hablando con él y la profesora Tracey, esta última tenía un rostro indescifrable, no se sabía si estaba molesta o triste.
—Está bien —dijo por fin el señor Mazzu—. Pues te deseamos lo mejor, aunque te echaremos de menos.
Simon se levantó dispuesto a irse, pero la profesora también se puso de pie y le dio un abrazo que el chico no se esperaba.
—Lo siento Simon, es que adoro el teatro, ya lo sabes. Ha sido como mi familia, y tu has sido una parte muy importante. Te voy a extrañar.
—Usted también es como de mi familia.
—Gracias Simon —y le volvió a dar un abrazo— Quiero escuchar de ti después.
—Claro. Y nos seguiremos viendo en los ensayos el resto de la semana.
Y después se marchó, pero a los pocos minutos, recordó que no tenía consigo el libro que traía con él cuando fue a la oficina del señor Mazzu, así que probablemente lo había olvidado ahí. De tal manera que regresó, pero antes de ingresar, escuchó a la profesora hablar, como si estuviera reclamando algo al profesor.
—Mi vida está aquí. Tal vez debería tener una vida de verdad, y puede que esto no sea demasiado, pero es una familia para mí, y tú la estás destruyendo con tu visión. En la que yo he intentado poyarte a pesar de todo, pero me lo he tragado porque lo mas importante para mi son esos chicos y el teatro.
Se escuchaba dolida, solo ellos sabían que estaba sucediendo.
—Pero tengo algo mas que decirte, y luego dejaremos esto a un lado y no volveremos a tocar este tema. —Continuó hablando— Es culpa tuya que Simon se vaya. Tú lo sabes y yo lo se, así que vamos a decirlo. Le diste ese papel, sabías donde te estabas metiendo y ahora se marcha. Esto no va de tu visión señor Mazzu, en esto están las vidas de los chicos.
Simon sintió un nudo en el pecho, quería entrar ahí y decirles que estaban equivocados, que él no se marchaba porque le dieron ese papel, o al menos no por él.
—Y ahora tengo que ir al teatro, en el ensayo haremos una despedida para él.
Y Simon salió corriendo de ahí.
Estaba causando grandes problemas, hasta entre los profesores, pero no podía hacer nada, si por él fuera se quedaría hasta terminar con la obra o tal vez nunca se iría.
Pasó el resto de las clases con el ánimo por los suelos, no había hablado con Lilette desde el día anterior, probablemente seguía molesta.
Se llegó la hora del ensayo, no quería asistir, pero no podía simplemente abandonarlos ya que les prometió que iría en lo que consiguen un suplente, lo necesitaban para que sus compañeros ensayen. Y además hoy lo despedirían, era tradición despedir a las personas que pertenecieron durante mucho tiempo al grupo, aunque usualmente eso era al graduarse, no eran muchos los que se cambiaban de escuela.
Llegó al ensayo, esperaba que tal vez estuvieran esperando a que llegara, lo cual lo hacía sentirse muy incómodo, pero no fue así, fue como cualquier otro día, cada quién estaba en lo suyo, hicieron algunas escenas grupales, y las chicas hicieron otro número. Simon agradecía a Dios porque no lo pusieran a hacer alguna escena con Jeremy, este usualmente lo miraba y le dedicaba una sonrisa, pero este día ni siquiera puso su vista sobre él.
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UN BESO
Teen FictionSimon es un joven talentoso amante del teatro musical protagonista de todas las obras escolares, tiene una hermana con síndrome de Down y vive en el ceno de una familia de creencias católicas muy arraigadas que lo apoyan en su afición por esta activ...