Capítulo 7

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El profesor Mazzu llamó a la puerta de la casa de Simon, después de haber visto la despedida del muchacho, estaba seguro que no era lo que él quería, así que tenía la intención de ayudarlo a hablar con sus padres.

—¿Puedo ayudarle? —preguntó el padre de Simon al abrir la puerta.

—No nos conocemos, soy el profesor Lou Mazzuchelli, el director del teatro de l escuela de su hijo.

—¿Qué ha pasado? —preguntó la señora Saunders apareciendo detrás de su esposo.

—Acabo de enterare que Simon se va de la escuela —respondió— He hablado con él y me ha dicho que es porque en el Saint Francis tiene mas oportunidades de conseguir una mejor universidad...

—Ya lo hemos decidido —lo interrumpió el señor Saunders.

—Si, por favor, escúcheme. Yo puedo ayudarle con la elección de la universidad.

—No se por qué Simon le ha dicho eso. Tal vez le da vergüenza decir la verdad. No es por eso, es porque el musical que preparan va en contra de todo lo que creemos.

—Lo siento, pero no estamos de acuerdo con la homosexualidad, sexo prematrimonial y todos esos temas de los que se habla. Es demasiado —ahora habló una vez mas la madre— No son cosas con las que queremos que nuestro hijo tenga contacto.

—Pero son cosas reales —replicó el profesor— Esconderse no las hará desaparecer.

—No esperaba que alguien como usted dijera otra cosa. Buenas tardes —y volvió a entrar a su casa.

—Lo siento —se disculpó la señora Saunders

—Por favor, no le haga eso a su hijo —fue lo último que pudo decir antes de que cerraran la puerta en su cara.

Simon no estaba en casa en ese momento, pero cuando iba llegando pudo observar al señor Mazzu que se retiraba en su auto. Le pareció algo extraño verlo partir de su casa pero supuso cual sería la razón. Sacó sus llaves y entró a su casa, sus padres estaban sentados en el sofá y no parecían estar muy contentos, sobre todo su padre.

—Por fin llegas Simon, casi oscurece y no tuvimos ninguna llamada o algún mensaje de tu parte.

—Lo siento papá, es solo que fui al ensayo y después me hicieron una despedida los del teatro. Olvidé mencionarlo y el tiempo se me fue volando. Por cierto ¿A qué ha venido el señor Mazzu? —preguntó con cierto temor.

—Vino a sugerirnos su apoyo para tu ingreso a alguna universidad —respondió— Parece ser que erróneamente creyó que esa era la razón por la que te marchabas. Recuerda que no está bien mentir.

Simon asintió y se marchó a su habitación, poco tiempo después subió su madre.

—¿Te encuentras bien? —preguntó su madre.

—Si, es solo que las despedidas son duras.

—Lo entiendo. ¿Qué tienes ahí? —dijo refiriéndose a la caja con fotografías.

—Son solo recuerdos —respondió abriéndola y mostrando las fotografías de algunas de sus actuaciones en la escuela.

A su madre se le partió el corazón, ella sabía lo importante que era para su hijo ese lugar, y a pesar de la obra, ella preferiría que permaneciera donde él sea feliz, pero no podía hacer nada, su esposo había tomado esa decisión y ya no había nada mas que hacer.

—Lo siento mucho hijo —dijo antes de salir y dejar solo a Simon, el cual se lanzó sobre su cama, no tenía ánimos de nada.

El siguiente día no fue mejor, se encontraba en clases acompañado de Lilette.

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