Capítulo 3

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Dejo que mis sentimientos afloren y comienzo a llorar como si no hubiera mañana. Mi mejilla ardía, no porque el golpe haya sido muy fuerte, sino por lo que significa. Jimin me golpeo, me levantó la mano. Nunca creí que pasaría.

Llevo mis rodillas a mi pecho y escondo mi cara allí, ahogándome en mis propias lágrimas. Quizás mamá tenía razón, quizás fue un error estar con Jimin y pensar que él me ama. Lo único que he conseguido es un dolor que nunca antes había sentido, un dolor tan grande que preferiría estar muerto.

Busco en mi mochila el estuche y, cuando lo encuentro, saco un cuchillo cartonero. Con las manos temblando lo pongo frente a mis ojos.

― Necesito dejar de sentir dolor ― susurro, con la voz quebrantada. ― Necesito olvidarlo, no quiero sufrir más.

Mi celular vuelve a sonar, esta vez es Namjoon, que no para de insistir. Decido apagarlo y guardarlo dentro de la mochila.

― Perdón, ya no puedo más.

Levanto la tela de mis pantalones cortos lo más que puedo, dejando ver mi muslo. Trago saliva y acerco el cartonero a la parte menos visible de mi pierna, con la intensión de que nadie se entere de esto. Presiono la parte filosa contra mi piel y cierro los ojos, apretando la mandíbula, mientras muevo mi mano para causar un tajo considerable, sintiendo de apoco cómo la presión en mi pecho se alivia y el dolor de mi pierna aumenta.

Bajo la mirada y veo la sangre salir, aún sin dejar de llorar hago un nuevo corte justo debajo del anterior. Golpeo mi cabeza contra la puerta del baño una y otra vez, quejándome desconsoladamente. Tiro el cuchillo cartonero lejos y golpeo las heridas que me he causado, con ganas de borrar el día de hoy.

No sé cuánto tiempo pasa, pero a medida que me quedo mirando un punto fijo en el baño y mi pierna sangra, logro calmarme y dejar de llorar. El sueño comienza a inundar mi ser y ni siquiera hago un esfuerzo por luchar contra él, simplemente cierro los ojos y me dejo llevar.

― ¡Jungkook! Sabemos que estás ahí, abre la jodida puerta ahora ― escucho a alguien gritar. Parpadeo rápidamente e intento moverme, pero el dolor en mi pierna me lo impide. ― Jungkook, soy Seokjin hyung. Bebé, hablemos, abre la puerta.

― No puedo ― digo, con la voz quebrada, al darme cuenta de la estupidez que hice debido a lo alterado que estaba. ― Hyung, no puedo ― grito entre lágrimas. ― Perdón, soy un idiota.

― Por favor, Jungkook, no hables así ― susurra Hoseok. ― Jimin nos contó todo, no hagas nada tonto y sal.

― Muy tarde ― susurro. Me comienzo a apartar de la puerta, arrestándome por el suelo, dejando un camino de sangre. Estiro mi mano lo más que puedo y quito el seguro de la puerta. ― Está abierto. ― digo, mirando el suelo.

La puerta se abre y no me sorprende escuchar los gritos de Seokjin y Hoseok.

― ¿Qué hiciste, Jungkook? ― pregunta Seokjin, arrodillándose mi lado. ― No, dime que no hiciste lo que creo.

― Perdón, no estaba pensando ― susurro, botando nuevas lágrimas.

― Hyung, no lo recrimines. ― susurra Hoseok. ― Llamaré a Namjoon y le diré que te encontramos. Luego iremos al médico, todo estará bien ¿sí?

Los sucesos después de aquello sucedieron rápido. En vez de ir al hospital, la empresa me llevó a casa y allí ya estaba esperando un médico privado. Tres semanas de licencia, 4 puntos de sutura en cada corte y una recomendación de llevar a cabo tratamiento psicológico fue lo que realizó el doctor durante la hora que estuvo en mi habitación.

Sabía que los demás miembros estaban conversando, estaban preocupados y con justa razón. Jimin me había golpeado y yo me hice dos cortes en mi pierna sin siquiera pensarlo, esto no era sano para el equipo y, además, no estaría en el comeback.

― Jungkook, debemos hablar ― dice Namjoon, asomándose en mi habitación. Asiento, ya que sé que no hay otra salida. ― ¿Cómo te sientes?

― De maravilla ― miento.

― ¿Sabes que lo que hiciste no estuvo bien? ― asiento. ― ¿Entonces por qué lo hiciste?

― Lo hice sin pensar, perdón.

― Jungkook, no quiero que nos pidas perdón. Necesito saber qué es lo que pasa. ― Namjoon se sienta en la cama, cerca mío y toma mi mano. ― Es por Jimin ¿no?

― Tiene pareja nueva ― susurro, forzándome a no volver a llorar. ― Y me golpeó, no quiero volver a verlo.

― Entonces, ¿Qué hacemos? ― pregunta. ― Estamos todos, los siete, en el mismo grupo.

― No sé.

Namjoon suspira y se acerca a mí para darme un abrazo fuerte, diciendo que durmiera y que mañana hablaríamos para solucionar todo esto. Asiento, sabiendo que, aunque durmiera, mañana todo seguiría igual. 

No sabía que dolería de esta manera (Jikookmin) (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora