Prólogo

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Ayanami Yuuki era una niña de apenas 6 años de edad.
Ese día se encontraba con su madre en su acogedora casa, esperando a la llegada del padre de la familia para celebrar su cumpleaños número 7.

La pequeña Ayanami fue a la cocina a traer los platos y la casuela donde se encontraba la comida que cenarían ese día que aún se encontraba en la estufa prendida. Su madre la llamó y ella se apresuro a regresar a la sala para reunirse con su mamá junto con los platos y la casuela, sin embargo por accidente empujo una vela que se encontraba encima de un mueble.
Tanto Ayanami como su madre se encontraban ordenando la mesa, cuando de repente empezó a oler a quemado y ahí fue cuando se dieron cuenta de que la cocina se había incendiado, la madre inmediatamente actuó, agarró a Ayanami y la jalo hacía la puerta de entrada, pero ahí se dieron cuenta de que estaba cerrada, se habían olvidado de que siempre la cerraban por motivos de seguridad.

Su madre corrió hacía el cuarto donde se encontraba guardada la llave, pero en lo que subio las escaleras, buscó la llave y bajó, el fuego ya se había expandido en gran parte hacía la entrada de la casa y hacía las escaleras que daban al segundo piso.
Sin más que hacer le arrojo las llaves a su hija y le dijó que huyera y que ella saldría después, la pequeña de ahora, 7 años abrió la puerta lo más rápido que pudo y salio por la misma. Pasaron unos minutos en los que esperaba a que su madre saliera por una de las ventanas, más ese momento nunca llegó.

La niña estaba petrificado ante la escena, lo que alguna vez fue su hogar estaba ahora totalmente quemado y casi en cenizas, de pronto escucho un grito masculino, reconoció inmediatamente la voz que era de su padre, dió media vuelta y pudo observar al hombre horrorizado ante la escena que ella había estado observando hace algunos minutos.

Luego de unos segundos que parecieron horas el hombre volteo a ver a su descendiente, la cara de su padre reflejaba enojo, frustación e ira.
Lo único que dijó fue:
- Todo esto fue tu culpa, que tu madre haya muerto, que lo que alguna vez fue nuestro hogar ahora este reducido a cenizas y lo que te esperara en el futuro, si tan sólo tu hubieras muerto en lugar de ella...todo hubiese sido mejor.- Lo único que la pequeña sintió fue un fuerte golpe en su mejilla para luego caer de rodillas al suelo.
- Si tú nunca hubieses nacido...nada de esto habría pasado, yo...no hubiera perdido a la persona que más amaba en este mundo.-

El corazón de Ayanami sólo sintió un terrible dolor y como toda la felicidad que había sentido hace algunas horas se esfumaba en tan sólo unos minutos. Su madre murió por su culpa y su padre dijó que hubiera sido mejor que nunca llegara a este mundo y que hubiera muerto.
¿Acaso podría ser todo peor?

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