Estaba fuera esperando a que Emma saliera, solemos salir a echarnos un cigarrillo en cambio de clase, y yo llevaba medio cigarro todavía y aún Emma no aparecía, ya había tocado y no quería llegar tarde a clase porque tocaba con la nueva profesora, y no quería dar mala impresión a la profesora de la única asignatura que me gusta.
-Mierda donde estás Emma, tardas mucho–me decía una y otra vez...
Andaba ansiosa, porque Emma no aparecía, mientras, mi cabeza comenzaba a rondar la situación vivida con Elizabeth, era una mujer tan única, que hasta imaginarme su sonrisa me hacía cosquillas en la barriga. Me sonaba mucho, no físicamente, si no, su nombre, había escuchado ese nombre con algo relacionado y en estos momentos, no podía saber de qué.
Ya había pasado cinco minutos del cambio de clase, apagué la colilla tirada en el suelo, y cuando casi voy a subir, aparece Emma, y comienzo a echarle una pequeña bronca, aunque ella tendría que ser la que me la hubiera tenido que echar la bronca por no llegar a clase y darle una excusa falsa, porque la que había llegado tarde fui yo, no ella. Ya habían pasado cinco minutos más y llegábamos un poco tarde, aún así decidimos entrar.
Cuando llegué a clase estaban nuestros asientos junto a Vicky, éramos las tres inseparables y puede que Vicky sea la que menos loca está, somos como el Yin y el Yan, pero en trío.
–¿Pero qué horas son estas de llegar eh, señorita Eva? -Me regaña Vicky con tono de madre, mientras señala el reloj que llegaba en la muñeca, sí, que era la más responsable del grupo, es un hecho.
—No si yo iba bien, lo que pasa que me tiraron todo el café que pedí encima y tuve que volver a cambiarme. -Dije mientras que soltaba mis cosas y me sentaba.
Entró Emma, que se paró a hablar en la puerta con una compañera de una clase que tienen en común, y justo detrás apareció una mujer, jamás me creí que pudiera ser ella.
–No puede ser... - Me susurré mientras cogía mi móvil.
En ese momento, todo me cuadró, ya sabía el porqué aquel nombre me sonaba, salieron muchas veces de la boca de otros profesores, mientras se disculpaban por su ausencia, cuadró el porqué a pesar de que me sonaba, no me sonaba su cara, y estaba claro, ella era mi nueva profesora. Ella era de quién tanto hablaban y se disculpaban por su ausencia.
Desbloqueé y puse la foto, quizás andaba confundida, y solo era un mero parecido, pero no, era ella.
No, no, no, no, lo repetía una y otra vez en mi cabeza...
-¿Qué no puede ser? -Preguntó Emma, después de varios intentos queriendo mirar el móvil curiosa.
-Es ella. Ella fue quien me tiró el café... -Emma, soltó una risa reprimida, y yo, me quedé en estática, muda, solo observando esos ligeros y suaves movimientos que hacía Elizabeth.
Estaba colocando las cosas y se veía sonriente, pero justo cuando levantó la cabeza y comenzó a hablar, me miró y se quedo muda, sin saber que era lo siguiente que iba a decir.
Me quedaban dos horas muy, muy, muy, intensas con la profesora que ha entrado a mi casa y mi perra la quiere casi como a mí. Me moría de vergüenza, no sabía si irme o quedarme para una muerte lenta y dolorosa.
Elizabeth quería hablar conmigo en el intercambio de clase y al final siempre me escabullía; dos intentos que tuvo, dos intentos que logré escapar.
Pero sabía que eso no iba a durar mucho y que seguramente en la salida me parase con algún motivo absurdo, solo con la escusa consiguiese parame para hablar, lo que no sabía porque ese temor de hablar con ella, si no ha pasado nada y no había ningún problema, solo me empapó de café y me ayudó con motivo de disculpas, no sé porque me pongo tan nerviosa solo de pensar en ella, si solo fue un café...

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Elizabeth
RomanceJamás una descripción reflejará los miles de sentimientos y reflexiones de una historia. Entra y sumérgete en la vida de Eva. No juzgues nada por fuera, solo empieza a dejarte llevar. Esto es una historia de amor, ¿imposible? Averígualo.