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Las vacaciones de la universidad coinciden con los tres meses de vacaciones de la universidad por lo que Hoseok y Yoongi van a pasarlos a casa acompañado a Jin y su familia.

Las cosas allí no son tan tristes como uno esperaría conviviendo con alguien con una sentencia de muerte.

Claro que es triste recibir un abrazo de alguien que amas y pensar que cuando la siguiente Navidad llegue, ella ya no te abrazará. Es triste festejar su último cumpleaños sabiendo que los siguientes los celebrará en el cielo. Es triste verla y saber que tienes que grabarse su sonrisa y sus ojos para cuando sepas que ya no lo harás.

Pero la cercanía de la muerte te da otra perspectiva a la vida y eso es lo que tienen todos en la familia. Viven cada momento como si fuera el último, cada día como si fuera el final, hacen crean recuerdos y memorias y son felices aun ante el inminente dolor del final.

Los últimos días si son mas tiste porque se ve obligada a pasarlos en una cama debido a que Jin se niega a no luchar a pesar de que le dice que lo hizo, que ella lo hizo, que todos los hicieron pero hay que aceptar que a veces un libro no se termina de escribir y hay que aceptarlo como el final.

Su vida se apaga en un día de primavera en donde las flores deberían nacer, no morir.

Hay mucho llanto pero todos pueden reconocer que es de tristeza por alguien que aman y saben que no volverán a ver y no de dolor por no haber hecho suficiente o arrepentimiento. Ella fue feliz, hizo todo lo quiso, se fue orgullosa de sus bebés. Y aunque la vida de quienes quedan es triste, el día de mañana la recordarán con alegría, como pidió ser recordada.

Hay tres días de luto y a esos días le siguen los de fiesta para recordarla com ella era, entre cantos y bailes y alegría.

Cuando una vida se apagado, es solo un cuerpo que deja de caminar, todo lo demás queda, el amor, las enseñanzas, los consejos.

Apenas las clases vuelven a empezar, los chicos se preparan para volver a Seúl, Jin les dice a Yoongi y Hoseok que no sabe si volverá y es como si el mundo se les cayera encima.

Jin es Jin y sin él la vida nunca sería igual.

Su padrastro, gracias a Dios, trata de convencerlo de que no lo haga porque Soojin su hermana, y él pueden hacerse cargo de los niños perfectamente pero claro, Jin no quiere que su hermana tenga que hacerlo y prefiere quedarse también y ayudarlos, porque son su responsabilidad.

Sin embargo, es la misma linda morena de ojos dulces y carácter fuerte que tanto le recuerda a su propia madre la que lo regaña y le dice que debe volver a Seúl donde ya tiene una vida hecha y seguir con ella, volviendo a casa fines de semanas que pueda y en todas la fechas importantes y no la haga enojar.

Hoseok tuvo muchas ganas de besar a Soojin cuando la escuchó hablar así.

“¿Por qué estás mirando a así a mi hermanita?” Jin le pregunto cuando lo vio mirándolo con ojos de corazón.

Hoseok no tiene la culpa que se le note tanto cuando está enamorado. Es un chico hecho de amor.

“Lo siento hyung, es solo que…ella ha crecido” había suspirado volteando un momento hacia Jin antes de mirarla de nuevo.

Soojin se dio cuenta y acercándose a él, coquetamente murmuró “¿Estás recordando aquel día cuando tenía 12 años que te dije que me llamaras cuando fuera mayor, oppa?”

Hoseok se mojó el labio inferior con la lengua y murmuró con la voz ronca “Puede ser”

Cuando Soojin comenzó a sonreírle mientras llevaban una mano sobre su hombro, Jin se interpuso entre ellos dos y dijo con voz seria “Ni lo piensen”

Hoseok vio, por encima de Jin a Soojin riendo como si le hubiera hecho una broma a su hermano. Él no la entendió pero aun así, rió. De todos modos, Jin volvería con ellos y eso era todo lo que pedía.

Apenas vuelven, a pesar de que es martes y realmente nadie va de fiesta, ellos lo hacen. Invitan a todos sus amigos y los amigos de esos amigos y también, para que no se sientan rechazados, los amigos de esos amigos, tirando la casa por la ventana.

Hoseok es sumamente feliz de ver a Jin sonreír algo borracho, contenido totalmente por todos sus amigos sintiendo todo el amor que realmente merece sentir.

Sabe que su madre debe estar muy feliz desde donde sea que esté.

“¿Sabes que fue la última cosa que mamá me enseñó antes de irse?” Jin le pregunta ahora, con sus manos alrededor del cuello de Hoseok, su boca cerca de su oído, apartándose lo más mínimo para oír su respuesta. Sus mejillas están mojadas de quien sabe qué y sus ojos rojos pero está vibrante y brillante y feliz y Hoseok solo puede asentir.

“Mamá me dijo que yo tenía que hacer lo que me hiciera feliz” Jin responde sonriendo justo en el oído de Hoseok de nuevo.

Hoseok piensa que es un consejo excelente pero siempre ha visto a Jin como el tipo que hace todo lo que lo hace feliz así que no entiende realmente-

Su pensamiento se corta cuando Jin lo besa.

Jin lo ha besado un montón de veces antes pero esto es distinto. Muy distinto, de muchas formas.

Le hace a Hoseok preguntarse, por un segundo estúpido sin razón, si Jin lo besa porque eso lo hace feliz.

***

Bueno...opiniones? Comentarios? Sentimientos?

No quise quedarme mucho en el tema de la pérdida porque es muy jodido y no quiero que alguien termine mal leyéndome.

Pi-Pink-Min. Yoonseok/2seokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora