Capítulo IV

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La piel del peliverde se erizó al escuchar esas palabras, conocía a la perfección a la dueña de aquella voz, además de que era la única que se dirigía a él con ese apodo en tono de molestia.

Y era porque sabía de quien se trataba que se negaba a responder la pregunta.

«Estoy muerto...» Era inevitable pensar eso en aquella situación, teniendo en cuenta la declaración que el mismo había dicho, estaba entre la espada y la pared.

No. Ya no podía dar vuelta atrás, pasó horas pensando en qué haría y finalmente había llegado a una conclusión, no volvería a ser el mismo chico que se rindió hace dos años nunca más. Con determinación dio media vuelta, encontrándose con aquella rubia que tanto quería.

—Dije que voy a enamorarte— El brillo en sus ojos resplandecía como nunca antes.

Un silbido fue lanzado al aire —Así se habla Midoriya— Dijo Momo, haciendo que el susodicho se sonrojara —Bueno, parece que ustedes dos tienen algo de qué hablar así que...— De manera sutil, comenzó a dar unos cuantos pasos en dirección a la salida

—¡¿Eh?! ¡E-espera! ¡Tú fuiste la que me dijo que peleara!, ¿me vas a dejar morir solo?

Una mueca se formó en los labios de la pelinegra

—No quiero verme involucrada en los daños colaterales que causaran las explosiones de Bakugo así que... ¡suerte Midoriya!— Dijo con su pulgar levantado a la vez que se retiraba del salón.

—¡No te vayas!

—¡Deku!

Un escalofrío recorrió la espalda del peliverde, conocía a la perfección aquel tono de voz, y créanme cuando les digo que no significa nada bueno

—Aún después de lo que pasó hace dos años, ¡tú!

El peliverde tragó saliva, quien sabe que locura estaba por hacer Kasumi, pero fuera lo que sea, de seguro terminaría con una explosión.

Al parecer conocía muy bien la actitud de la rubia, esto porque paso justo lo que pensaba, aunque un poco diferente; en lugar de una explosión recibió un puñetazo en su estómago que le sacó el aire  y lo dejó arrodillado

—¿P-por que siempre recurres a la violencia?...— Dijo apretando su estómago con fuerza

—¡¿Y tú por qué no dejas de seguirme?!— Alzó la voz —¡Desde que eramos niños siempre me haz seguido a todas partes, no importaba cuantas veces te golpeara o te insultara, nunca te ibas! ¡¿Es que acaso eres masoquista?!

—¿Eh? ¿Eso que tiene que ver?

—¡Mucho imbécil! ¡Eres molesto, ruidoso y fastidioso, además de un nerd de mierda!

Aquellas palabras fueron duras, o más bien, fueron lo suficiente como para hacer que el peliverde se molestara.

—¡Si nos ponemos así entonces yo nunca acabaría! ¡Eres mal hablada, impulsiva, loca y tienes serios problemas de emputecimiento!

—¡¿Qué dijiste maldito?!— Exclamó a la vez que tomaba del cuello de la camisa a Midoriya

—¡Pero aun así yo te amo!— Dijo sin importarle como Kasumi lo agarraba con fuerza y tenía preparado su puño derecho.

Ante aquella declaración pudo sentir como la rubia titubeó en sus acciones, desvió levemente su mirada y podría jurar que había visto un leve enrojecimiento por parte de ella. La había tomado por sorpresa

—¡O-otra vez con lo mismo!

—¡No me importa cuántas veces tenga que repetirlo! ¡Aún con tu actitud, tú me gustas!

First Love | Boku no hero AcademiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora