Demonio de ojos verdes

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NARRA SAHALLEY

Ya eran las 4:00, mi padre me despertó para salir y yo estaba ansiosa por saber que era esa sorpresa de la que el me había hablado.

-Sal, saca tus maletas. Ya casi es hora de irnos.

Cuando había terminado de sacar mis maletas, alguien llamó al timbre. Debía ser Alex.

Abrí la puerta y Alex entró para saludarme a mi y a mi padre.

-¿Ya desayunaste Al?

-Si señor, pero ya sabe que yo nunca niego un plato del chef Allen.

-Está bien

Mi padre nos dio un delicioso desayuno a ambas y decidimos no perder más tiempo, así que subimos las maletas al auto de mi padre ya que era un viaje un poco largo.

Mi padre nos llevó a Alex y a mi al aeropuerto. Nuestro avión salía en media hora. Así que fuimos a comprar comida para el viaje. Mi padre compró caja de donuts para nosotras.

Cuando fue hora de entrar en el avión, fui a nuestros asientos. Los tres quedamos juntos y Alex pidió la ventana, así que yo fui en medio.

El viaje fue relajante. Siempre me ha gustado viajar, ver el mundo con mis propios ojos y no medirlo por lo que la gente dice de el.

Cuando llegamos a Colombia mi padre  pidió un taxi para llevarnos a el lugar sorpresa.

-¿Tu padre te ha dado alguna otra pista sal?

-nada aún.

Cuando llegamos al lugar me sorprendí. No estábamos en un hotel. No sabía dónde íbamos a dejar las maletas.

-Papá, ¿donde dejaremos todo esto?

-Ya lo verás.

Caminamos por un tiempo y la ciudad había desaparecido. Había un campo hermoso y en medio de este una hermosa mansión que veía hacía la ciudad con un balcón apuntando hacía el profundo bosque que ahí estaba.

-Fue el lugar donde nos quedamos el día que viajamos hasta acá.

-Sal. Cuando sea la hora de que dejes el nido, este será tu hogar.

-espera, Esto... ¿es mío?

-no lo sé, tu tienes las llaves. ¿Por que no lo intentas?

Fui a la puerta de la casa e inserte la llave que tenía la misma marca que la cerradura de la puerta, luego de un par de vueltas, la puerta se abrió.

Cuando entramos vimos una casa sin muebles que por dentro era bastante moderna, a pesar de haber sido construida hace ya varios siglos. La verdad estaba sorprendida, pues las únicas partes con muebles eran la cocina y dos de los no se cuántos cuartos de la casa.

-¿Padre, y que haremos la semana completa aquí?

-pues obvio. La vamos a amoblar a tu gusto.

-¿en serio?

-Si, sólo te falta un mes para salir de la Universidad, así que tenemos que hacerlo ya.

-pero papá, creí que comenzaría a llevar la compañia.

-Si, y lo harás, pero no en Lima

Papá nos sacó de la casa y nos llevó a la ciudad a un edificio grande y muy hermoso.

-Sal, te presento nuestra nueva sede.

-¿que?

-este es el lugar que vas a llevar. Se que supone un reto para ti, pero te has esforzado por esto y se que. Lo harás de la mejor manera.

-Padre, esto es... Es genial .

Le di un gran abrazo a mi padre para agradecérselo, sin dudas quiere que mi futuro sea el mejor.

-déjame ver si entendí. Vinimos hasta acá para amoblar tu futura casa y a ver tu empresa ¿y no se te ha dado por entrar?

Alex tenía razón, quiero entrar a verla, así que me dirigí a la puerta y se abrió dejando ver una hermosa y amplia recepción, la cual en el centro tenía a una mujer que recibía unos papeles para organizar. Parecía como si se prepararán para la nueva administración. Mi padre nos llevó a el conjunto de oficinas más grande y nos presento a los empleados. Todos eran amables y lindos conmigo. Eso me relajo un poco, pues estaba nerviosa de saber cómo tomarían el cambio.

Pero habia un chico que parecía que sólo sonreía porque mi padre estaba ahí. Se veía un un poco mayor que yo, era alto, con el pelo negro y despeinado su piel era morena y sus ojos eran verdes parecía el demonio en persona, y no porque era feo, de hecho era bastante atractivo, pero verlo me daba una sensación extraña. Cuando me vio a los ojos me puse nerviosa de inmediato. Sentí como si me arrebatar a el alma sólo con su mirada. No pude evitar sonrojarme, así que baje la cabeza esperando que nadie lo notara.

Aunque mi cabeza estaba abajo noté cuando subió su nivel de interés.

-Sally, Alex, el es Will. Will, Sal será la nueva gerente de la empresa.

-Un gusto en conocerte Sally, soy el jefe del departamento, así que convivire mucho contigo, espero que algún día seamos más que compañeros.

Más que una presentación sentí que era más una insinuación,ya que se acercó bastante a mi y estiró la mano para saludarme, le devolví el gesto, pero cuando toque su mano mi corazón comenzó a ir muy rápido y me puse muy nerviosa. El comenzó a mirarme aún más y creí que no aguantaría pero...

-Sal, ¡Theo nos llama!

Que carajo, senti como si no pudiera decir nada, no podia moverme...

Alex me había salvado de esa, en el lugar donde está Theo era de madrugada, así que imagino que notó mi nerviosismo y soltó esa excusa apara sacarme de ahí. solté la mano de Will y me despedí para contarle todo a Alex, nos fuimos a la cafetería para hablar sin que nadie escuchara.

-¿Qué te pasó sal? Estabas muy nerviosa.

-No lo sé, sólo se que fue ese Will.

-¿Will?

-Si, sentí como si me robara el aliento.

-Sal. ¿Te gustó Will?

-¡¿Que?! No, claro que no... ¿o si? Ah, no lo se, todo fue muy rápido.

Nunca me ha gustado nadie, no se como se sentirá, pero no estoy segura de si es lo que sentí con Will. Sin embargo, no dejó de pensar en la sensación, su mirada era profunda y parecía que pudiera matar con ella. Sólo el recuerdo hacía que mi corazón saltará y no sabía por qué lo hacía.

PrivilegiadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora