NARRA SAHALEY
-¡Sal!
El llamado de mi padre me sacó de mis pensamientos. Mi padre nos llamó a Alex y a mi y me dio una tarjeta; me señaló una puerta doble de vidrio la cual al lado tenía una ranura.
-la cerradura es con huella digital, pero ya que aún no estás registrada deberás usar esta tarjeta.
Supuse que debía usarla, así que inserte la tarjeta y en un segundo la puerta comenzó a abrirse, dejando ver una gran oficina.
El escritorio estaba vacío, sólo tenía un ordenador negro que destacaba sobre la blanca pared de la habitación, había una gran pantalla en uno de los laterales, el cual apuntaba directamente al escritorio.
-Está es tu oficina sal. Espero te guste, la deje vacía porque quería que tu la acomodaras a tu gusto.
-¡Me encanta papá!
De verdad que estaba sorprendida, Mi padre y Alex son las personas que más amo en el universo y nada sería suficiente para expresarles lo mucho que los quiero a ambos.
-son lo mejor del mundo, los quiero demasiado.
Nos dimos un lindo abrazo grupal, quería que durará más tiempo pero en un momento mi padre recibió una llamada.
-¿Si?, buenos días.. ¿como le va?... muy bien gracias...
Mi padre nos dijo que la llamada iba a ser un poco larga así que podíamos ver lo que quedaba de la empresa.
Alex y yo seguimos hablando y decidimos salir a terminar de recorrer el lugar, íbamos hablando hasta las oficinas, pero yo iba un poco distraída y no noté que alguien también lo estaba.
De pronto se cayeron al suelo unas cuantas carpetas con unos documentos sin verificar por la auditoría.
No vi con quien me había estrellado, sólo me disculpe e intente ayudar a la víctima de mi torpeza.
-Cuanto lo siento déjame ayudarte por favor.
-No te preocupes, yo lo arreglo.
Ese era un tono un poco sarcástico, pero su voz me resultó familiar.
Levante la mirada para ver de quien se trataba, al verlo sentí como si el cuerpo se me paralizara, un segundo después sentí que una de sus manos tomaba los papeles que yo había alcanzado a recoger, sentí como mi corazón latía cada vez más rápido. Cuando terminó, levantó la mirada al mismo tiempo que acomodaba su pelo hacía atrás, descubriendo sus diabólicos ojos y dirigiéndolos hacía mi.
-¿Te ayudo?
Estiró su mano para ayudarme y la alcance para poder levantarme
-Gracias, y lo siento por los papeles. Si puedo ayudarte en algo sería bueno.
-de hecho...
Se acercó a una cuestionable distancia mirándome con tales ojos a los cuales sabía en el fondo que no me podría negar, mi corazón cada vez latía más rápido ¿Por qué? De repente algo me sacó de ese pensamiento.
-¡Oye!
Alex ya me había salvado dos veces en un día.
-¿Qué ?-exclamo Will-
-¿por que te acercas así a mi amiga? La asustas.
-¡oh! ¿Así que asusto a la jefa? Creo que así no logrará nada en esta empresa.
Mi expresión cambio brutalmente, acababa de insultarme de la peor manera posible, pero antes de arruinar a mi misma ya alguien me cubría la espalda.
-tu no lograrás nada en esta empresa si la sigues insultando.
¿Tres en un día Alex? Bueno, supongo que fue para mejor. Me sentía mal con Alex librando mi batalla, pero no sabía que hacer en esa situación.
Siguieron discutiendo, pero Alex supo manejar la situación, si yo ayudaba a Will a llevar los documentos a la auditoría el debía tratarme con el debido respeto.
-Bueno, al final es la jefa no?, lo siento mucho nunca debí expresarme así su Majestad.
-No creí que con "el debido respeto" se refiriera a eso.
Camine junto a el hasta la auditoría, yo llevaba la mitad de las carpetas que llevaba Will, tal vez nisiquiera necesitara de mi ayuda. No se por que la pidió en primer lugar. Parecía lo suficientemente fuerte como para cargar con veinte carpetas más.
-Hubo un gran traslado de empleados ¿sabes?
Me sorprendió la pregunta, pero creo que sería bueno romper el hielo.
-No, no lo sabía.
-cuando tu padre compró la sede algunos tuvieron que irse porque los puestos aquí eran más reducidos
-oh, no lo sabía.
-perdón por lo de hace un rato, lo que dije, no es exactamente lo que quería decir, yo... yo sólo estaba un poco mal por mis compañeros, pero no debí haberme desquitado contigo... después de todo no es tu culpa.
-tranquilo, no te guardo rencor, ademas ¿Seremos compañeros no?
Su rostro cambio, ahora mostraba felicidad, tal vez sólo necesitaba desahogarse para poder ser de nuevo el mismo.
Continuamos hablando un rato, y sentí que cada vez nos acercamos más. En un momento estábamos en la cafetería y el se ofreció a comprarme un café.
-Si, claro.
Mientras veníamos el café noté algo que sobresalía en su brazo izquierdo.
-¿Qué es eso?
Se sorprendió por mi pregunta, cuando miro su brazo se destapó un poco lo que antes había visto.
-¿Eso es un tatuaje?
Tapó completamente la marca y un poco nervioso contestó
-¡Si! Un tatuaje
-¿y que es? creí que estaban prohibidos en el establecimiento
-Si, están prohibidos pero ummm... lo hice más joven, no sabía lo que hacía.
-oh, bien, supongo que lo dejaré pasar, pero ¿Qué es?
-Es ummm... una... un...
-parece como si nisiquiera tu lo supieras.
- oh umm... jeje, no, como te dije era más joven y no se que tenía en la cabeza...
Me esconde algo, pero no sabría decir que, creo que sólo no quiere decirme lo que significa. Como sea parecía un tipo de letra, tal vez la inicial de alguien... No lo se, pero no es mi asunto.
Mi padre me llamo para volver, quería que descansaramos antes de ir a comprar algunos muebles para "mi casa" todavía no me acostumbro a eso.
Me despedí de Will, la verdad era mejor persona de lo que creí que era en un principio. Seguía siendo misterioso y sarcástico, con sus ojos verdes y expresivos, pero ya no de una forma hostil. Creo que me agrada. Pero todavía me intriga lo de la marca, ¿Por qué no me habrá querido decir?
Por alguna razón me resultaba familiar.
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Privilegiada
Teen FictionSahalley es una chica diferente, su padre es el dueño de una de las compañias mas grandes de America y gracias a ello creció tratando de ser perfecta para heredar la empresa, lo que no sabe es que su madre tiene planes diferentes para ella. Descubri...