–¡Encontré a mi alma gemela!– gritó de sopetón Eita, golpeando la palma de su mano en el escritorio de Kanato.
Ahora es cuando uno recuerda su conversación anterior hace tres días.
–¿No dijiste que esas cosas no existen?– entrecerró los ojos.
El alfa de cabellos negros lo miró con un puchero y con expresión molesta, que no le duró mucho porque un sonrojo apareció en sus mejillas junto con una expresión soñadora.
–No lo entenderías, bajo esa apariencia de amabilidad, de caballero y príncipe azul, se esconde un hombre de corazón frío y sin emociones.
–Emm...– antes de siquiera pronunciar una sola palabra más fue interrumpido por Eita.
–En cambio mi pequeño Non-chan es un encanto de persona, una coshita pequeñita, pero esa misma coshita pequeñita hace que me entren una ganas incontrolables de....
–¡Alto, no quiero saber eso!– lo detuvo antes de que comenzara con los detalles sucios, malhablado, pensó.
–De todas maneras Non-chan es mejor que tú.
–¿No habías dicho anteriormente de que esas cosas no existían?.
¡Vamos al recuerdo!
–Sabes que el amor a primera vista no existe ¿verdad?, o debo decir primera olfateada.
–Si, lo se. Pero debo decir que el omega era bastante atractivo.
–¿Y qué esperas para cogertelo?.
Esa fue la conversación–Eso fue antes de que lo conociera..... a él– habló con seriedad el azabache.
El alfa rubio rodo los ojos, pensando que su amigo pronto iría a la cárcel por acoso. Lo que le llevó a una pregunta importante.
–Nee Eita, ¿cuántos años tiene es "Non-chan"?.
–Dieciséis.
–Te urge entrar a prisión ¿no es así?.
Volvió a pensar en sus feromonas, esas deliciosas feromonas del alfa, aquél que desde esa noche no había abandonado sus pensamientos, ¿qué estará haciendo ahora? ¿pensará en mi?, que cosas pienso, claro que no.
–Lou-nii ha estado bastante distraído estos días ¿no creen?– habló Azusa a sus hermanos Ukyo y Masaomi, quienes estaban más cerca en el comedor.
Ambos alfas se miraron al mismo tiempo, solo ellos sabían la causa de la distracción de su hermanito, sin embargo no les correspondía hablar de ello, era decisión nada más que el del cenizo. Los otros hermanos habían notado que sus feromonas estaban propagando un aroma completamente extraño, no eran esas feromonas que indicaban que estaba por entrar en celo, eran de otro tipo, uno que no sabrían describir. Pero Hikaru estaba seguro de que su dormilón hermano omega estaba en un estado receptivo debido al alfa al que se encontró.
Louis decidió ir a comprar unos panecillos de chocolate -sus favoritos-, de regreso cruzó por el parque donde le dió sueño, fregando sus ojos y soltando un bostezo decidió sentarse en um banco frente a una fuente, con los ojos entrecerrados enfocó su vista a las nubes, para caer en los brazos de su tan conocido amigo; Morfeo.
No pasaron ni quince minutos cuando algo lo estaba sacudiendo con brusquedad y levantandolo de donde estaba recostado. Al abrir los ojos se encontró con tres hombres que le estaban dando unas sonrisas que le dieron mala espina.
–Pero miran que tenemos aquí– hablo con diversión– un precioso omega solito.
El de cabellos rosa ceniza abrió los ojos con miedo, su boca estaba entreabierta pero no salía palabra alguna, ¿qué haria?, de por sí era débil físicamente, no podría darle un golpe a alguno de ellos.
–Dejenme– habló con su habitual tono suave pero con un notable miedo y nerviosismo.
–Jajajaja yo creo que no.
Aprovechando su altura y masa corporal los alfas se abalanzaron sobre el delgado omega, dejándolo sin oportunidad de escapar, lanzando manotazos al azar juntos con patadas y arañazos en un desesperado intento de liberarse, uno de los alfas se acercó a su cuello, oliendo, el segundo lo tenía sujetado firmemente de los hombros y el tercero subía su suéter acariciando su abdomen. No, ¡déjenme!, estaba por rendirse cuando de un fuerte golpe fue liberado y dejó de sentir las horribles feromonas de esos tres alfas, sorprendido Louis abrió los ojos llenos de lágrimas contenidas para toparse con un asombrosa escenario. Siento embargo identificó enseguida esas feromonas de chocolate con begonias. Fujishiro-san.
Junto al rubio, acompañándolo a lanzar golpes se encontraba un azabache que tenía una sádica sonrisa que no pudo evitar poner de piel de gallina al peli rosa ceniza.
Una vez terminado la golpiza, los tres alfas se fueron bastante malheridos. Los salvadores se acercaron al omega que por las feromonas que emanaba era evidente del susto que pasó. El alfa rubio, notando el estado del omega sintió lástima, no era de su agrado que los omegas sufrieran tales abusos, por lo puso su mano derecha en el hombro del de cabello rosa, su hombro es muy delgado, fue lo que Kanato pensó sacudiendo la cabeza por ese innecesario pensamiento.
Louis al notar un peso en su hombro elevó la mirada encontrándose con los ojos preocupados de su ahora salvador, Louis no puedo evitar sonrojarse y no puedo apartar la vista de esos ojos verdes, ¿que le estaba pasando?, por alguna razón esos ojos le daban tranquilidad. Él contrarió tampoco estaba mucho mejor, no podía apartar sus ojos de ese rostro que representaba la misma fragilidad en persona.
Por otro lado un par de ojos curiosos observaban al par, no tardó en unir los hilos y pronto se dió cuenta de que que se trataba de "ese" omega del que su amigo le estuvo hablando. No puedo evitar que una sonrisita se le asomara entre sus labios, sin decir nada se marchó en silencio para dejarlos solos. No tienes mal gusto Kana-tsu.
Louis no sabía que decir, Kanato no estaba en una mejor situación que él.
–Esto.... muchas gracias Fujishiro-san– agradeció el omega con un leve sonrojo en sus mejillas.
El rubio se sorprendió de que el pequeño omega diera el paso para hablar.
–No es nada– el alfa lanzó un suspiro interno al oler las feromonas del de cabellos rosa– supongo que ahora ya no te debo nada.
Una vez más quedaron en un silencio incómodo, ¿qué puedo decir?, estba claro que ninguno tenía un tema para conversar casualmente, lo que desesperaba de sobre manera a Louis, pasó mucho tiempo pensando en él para que luego se quedara estancado. Sin embargo la situación le estba empezando a dar sueño al omega. Se lamió el labio inferior para luego ver a su alrededor, no habían muchas tiendas en ese zona del parque pero vio su salvación al notar un pequeño pero destacable letrero de una cafetería, con la esperanza en asomarse su corazón, volteó la cabeza al alfa.
–Fujishiro-san– llamó.
–¿Si?.
–¿Le gustaría tomar un café?.
El rubio le dio una leve sonrisa.
–Me encantaría.
ESTÁS LEYENDO
𝐃𝐀𝐊𝐈𝐒𝐇𝐈𝐍𝐄𝐑𝐔 • 𝐋𝐎𝐔𝐈𝐒 𝐀𝐒𝐀𝐇𝐈𝐍𝐀
Fanfic𝑨𝑫𝑽𝑬𝑹𝑻𝑬𝑵𝑪𝑰𝑨 𝑶𝑴𝑬𝑮𝑨𝑽𝑬𝑹𝑺𝑬 "Cada vez que te veo no puedo evitar querer abrazarte" Siendo uno de los últimos de sus hermanos que no tiene pareja a Louis no le importaba mucho, es más, nada. Pero empieza a replantearse la idea al ole...