Capitulo 2.

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-Fran! ¡despierta ya! son las tres de la tarde y es sábado, tenemos que salir si o si, no te voy a dejar tirada en la cama leyendo- dijo en un tono amenazante.

No otra vez, acaso no entendía que salir no era lo mío, no me gustaban esas cosas a mí. No sirvo para coquetear menos voy a servir para estar en un antro donde tengo que sociabilizar si o sí.

-Julieta, tu no entiendes que ahora no quiero salir, ¿Por qué no sales con Peter? Dije enojada

-Porque no quiero y ya! Eres mi amiga y no voy a dejar que todas tus vacaciones se basen en estar en la cama.

-Me lo pensare- dije para que me dejara de molestar.

Como estaba muy hambrienta decidí bajar para ver que me había hecho mi nana, Flor, la conozco desde que tenía 5 años, es como mi segunda madre y sé que puedo contar con ella siempre. Como era de esperarse me había dejado la comida lista, y era mi preferida, pasta.

-Esto está buenísimo- dije con la boca llena- de verdad algún día quiero que me pases la receta.

-Eso dalo por hecho, pero quedara entre tu y yo- dijo guiñándome el ojo.

Al terminar de almorzar-merendar decidí subir a mi cuarto a leer un poco, y obviamente ahí estaba Julieta esperando que le dijera si iba a ir o no al antro.

-Y, ya lo pensaste? no voy a aceptar un no como respuesta. - Dijo en un tono de súplica.

-Si no me queda otra opción...

-Claro que no te queda! - Dijo feliz de que hubiera aceptado.

-Ahora mismo iremos al centro comercial, nos haremos las manos, los pies, iremos a la peluquería, y nos compraremos muchísima ropa. -dijo entusiasmada.

- ¿Acaso vamos a celebrar algo y no me entere?

- ¡Claro que vamos a celebrar algo, que al fin vas a salir de tu cueva y vas a conocer a más gente!

-Gracias... ¿creo?

Luego de eso, nos fuimos al centro comercial, y realmente la pase bien, nunca en mi vida había comprado tanta ropa. Fue una de las mejores tardes, ya que estaba con mi mejor amiga y nos reíamos de todo. Decidimos ir a comer algo, y como no tenía tanta hambre decidí pedirme solo un licuado, mientras que Juli se pidió un licuado con dos porciones de torta. ¿De verdad a esa chica le entraba todo eso en su mínimo estomago?. Eran las 10 de la noche y nos estábamos preparando para salir, yo había decidido ponerme un vestido negro con un escote hermoso y la parte de atrás descubierta con unos zapatos rojos que hacían juego con el color de mis labios. Mientras que mi amiga tenía un vestido color rojo y unos zapatos negros.

-Te ves preciosa Fran, de verdad, vas a estar en la mira de muchos chicos- dijo entusiasmada-

-Ya quisiera que sea así, Juli- Dije como siempre tirándome a bajo todo.

Baje a la cocina a beber un poco de agua, y allí estaban mis padres, al verme se les llenaron los ojos de brillos, en especial a mi papá.

-Hija, estas hermosa. - dijo mi padre con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¿En serio? No sé si dejarme esto o cambiarme, no me siento cómoda vestida de esta forma.

-Claro que iras así Francesca- Gritó Julieta mientras bajaba- Ya te dije que estás preciosa.

-Vale, está bien, me dejare el vestido.

Pedimos un taxi que nos llevó hasta un antro que había sido inaugurado hace dos días, estaba repleto de gente y la música era genial, aunque un poco alta para mi gusto, al ser uno de los primeros días la bebida era gratis. Ahora entendía porque Julieta quería venir aquí, siendo sincera hoy había decidido divertirme. Juli a los cinco minutos de haber entrado al antro, ya venía con dos vasos, uno para cada una.

-Toma, te traje esto para ti.

- ¿Qué es esto?- pregunte en un tono sospechoso, ya que el trago era de color celeste.

-No lo sé, me lo regalo el chico del bar.

-Mmm... sabes que a mí no me gusta aceptar tragos de nadie, ¡Mira si le puso algo al trago! - Dije un poco exaltada.

- Ayy Francesca deja el drama, ¡Por dios! dijiste que te ibas a divertir, y no es lo que estás haciendo. -Dijo en un tono enojada.

Tenía que aceptar que tenía razón, pero quien sabe lo que tendría este trago. A pesar de la desconfianza que le tenía, decidí tomarlo y estaba muy bueno siendo sincera. Ya que me había gustado tanto me fui a buscar otro, y otro, y otro. Ya había perdido la cuenta de cuantos me había tomado, ya empezaba a ver todo borroso, y las ganas de vomitar se aproximaban. Nunca había tomado tanto, esta era la primera vez, ya que estaba de un humor muy bueno decidí ir a bailar como una loca en el medio de la pista.

- Oye, tu- dije refiriéndome a un chico que estaba bailando cerca mío- Eres muy guapo, ¿Te lo dijeron alguna vez? - dije sin poder modular bien.

- Hola bombón, jamás me habían dicho eso, y menos una chica tan linda como tú.

En ese momento sentí como se acercó a mí y empezamos a bailar muy pegados.

- ¿Como te llamas?- Pregunte con curiosidad.

-Me llamo Ethan y ¿tú eres?

-Me llamo Francesca. -Dije un poco ruborizada.

Minutos después de haber bailado, más que pegados, Ethan me dio su número y yo le di el mío, parecía un buen chico. Luego vino una canción lenta, asique decidido poner sus manos en mi cintura, y yo las puse detrás de su cuello. Vi cómo se acercaba a mí y decidió posar sus labios en los míos, se sentían suaves y frescos. Seguimos así por un tiempo hasta que algo tenía que pasar.

-Ethan ¿Qué haces aquí? te he estado buscando por todo el antro. -Dijo un chico que parecía estar bastante enojado, yo supuse que era su amigo.

-Oye tranquilo Thomas, estaba bailando aquí, ¿Cuál es el problema?

-El problema es que nos tenemos que ir de inmediato, el estúpido de Federico lo golpeo a uno de seguridad, asique nos tenemos que ir antes de que nos agarren.

- Esta bien- dijo con cara triste y a la vez con miedo- Lo siento Fran me tengo que ir, pero prometo que te llamare.

-Bueno no pasa nada, tus amigos te necesitan- dije triste ya que la estaba pasando bien.

Luego decidí seguir bailando como una loca y, debido al alcohol, sin querer me tropecé con un grupo de personas y me caí hacia atrás, pero un chico llego a tiempo a agarrarme.

-Preciosa, deberías tener más cuidado la próxima vez. -dijo entre risas.

- Lo... lo siento, no te había visto- dije llena de vergüenza.

Cuando lo vi a los ojos no lo podía creer, era imposible que esto me estuviera pasando a mí. No era posible que él estuviera aquí y yo en sus brazos, no podía ser que el chico más guapo del mundo estuviera aquí...

Segundas oportunidadesWhere stories live. Discover now