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#O4 ;; ❝The Money❞

— Ahora, según la policía, Gideon es un vendedor de drogas. —habló Tyrone, con algo de lástima y tristeza.— Quizá sabe dónde conseguir la droga, quizá no. —dijo, intentando defenderlo.

— Pero lo que sabemos; es que Gideon trajo una bolsita enrollada con Marihuana a la escuela... Para Mabel. —comentó Dipper, mientras terminaba de guardar sus cosas.— Necesito que me acompañes, vamos a sacar a Mabel del aula, ya no volverá.

— ¿Es su último día?, ¿dos meses pasaron tan rápido?

— No lo sé. Acaba de descubrir que Gideon pudo tener la droga entre sus manos. El Jefe de la brigada policial me ha tomado de sorpresa en la puerta, quiere que saquemos a Mabel del perímetro. —habló, tal y cómo el Jefe le había dicho.

— Está bien... Vamos. —suspiró, resignado.

En el aula, Gideon estaba parado frente a la puerta, aún no ha tenido el valor de entrar. Bill estaba castigado y no puede volver a la escuela en dos semanas, mientras que Pacífica está enferma y hace medio mes que no viene.

Está solo. A excepción de Mabel.

Recordar su nombre hizo que al muchacho le saliera una sonrisa boba. Entró al aula y allí la vió, algo nerviosa, mirando a la ventana. Saludó a la mayoría de sus compañeros y se sentó a su lado.

"Oh, por Dios... ¿De verdad estoy a punto de hacer ésto?"; se repitió en la cabeza, un par de veces más, hasta que sintió un dedo tocar su hombro, volteó, encontrándose con Mabel.

— Gideon... —un escalofrío recorrió su espalda.— ...¿Ya la tienes?

— Sí, la tengo. —respondió.— ¿Sabes?; esperemos un poco, porque no quiero estar cómo "oh, hey~" y dártela en la mano o cómo sea. —murmuró, mientras veía a sus compañeros tomar asiento.

Así que esperaron. El sonido del tic-tac de reloj era lo único que los oídos de Gideon escuchaban, abrió su libro de ciencias y suspiró. Entonces... Ella habló.

— Hey, ponlo en mi mochila. —pateó un poco su mochila, entonces Gideon deslizó la pequeña boñsa por su pierna, hasta que se metió en un pequeño bolsillo, pasándosela a Mabel cómo si sólo se le hubiera corrido de lugar.— Okay, toma el dinero.

Gideon miró confundido a la muchacha, ¿qué tomara el qué?

— Gideon, vamos; toma el dinero. —murmuró, extendiéndole aún más el billete de veinte.

— No quiero tu dinero. —le miró algo sorprendido, preocupado y enojado.— Traje éso para tí, conserva tú dinero. No hay nada que yo no pudiera hacer por ti. —sonrió con algo de preocupación.— Te apoyaría en lo que sea, todo el tiempo, justo a tiempo.

— Gideon, escucha; por favor, sólo toma el dinero.

— Mabel, sé que hay una razón por la que fuiste transferida aquí conmigo. —explicó, poniendo una mano en se corazón.

— Me harás sentir culplable. —dijo un poco incómoda, extendiendo un poco más el dinero.— Toma el dinero.