Una vez infiltrada en el barco, pude ver que en lo alto de la torre de vigía había alguien todavía despierto. Me hice humo y enrollo, en este mismo estado, la columna de la torre lleguando a la parte superior. Saqué las cuchillas que tenía implantadas en la protección del codo y descubrí que aquella persona que había visto estaba dormida. Aunque la luz era tenue, era visible que tenía la piel algo más oscura que yo, unos gruesos labios y la nariz más larga que jamás había visto. Guardé las armas, no parecía interesante y no quería más problemas. Volveré a casa. Bajé de aquel poste de vigilancia, en la cubierta tampoco hay nada interesante hasta que en la lejanía divisé un barco que se dirigía inminente hasta aquí. Subí de nuevo para avisar al nariz larga. Antes no la había visto pero de lo que sería la barandilla del puesto, sobresalía una estructura de no más de vente centímetros de alto donde descansaba una bonita campana dorada, con dibujos en relieve. Embaucada por los dibujos no me dí cuenta de que el barco enemigo se acercaba peligrosamente a nuestra posición. Hice sonar aquella campana sacando a todos de ese profundo sueño, no sabía cuantos habría en este barco pero según mis cálculos no debería de haber más de diez personas. Nariz larga se despertó de su siesta y la primera expresión de su cara fué una mezcla entre sorpresa y miedo.
-¿Q-q-quien eres? - me preguntó, su dedo anular me señalaba, pero el conjunto de su hombro y cuerpo está demasiado junto para que me ofendiese. Señalé el barco que se avecinaba y volví a desaparecer en forma de humo. Me senté en el muelle dejando mis pies colgando y rozando la masa acuática.
...La mañana siguiente fué un día tranquilo,me levanté bien entrada la mañana. Bailé mientras me hacía el desayuno y fuí a trabajar. Como mi hogar y trabajo estaban en el mismo sitio no llegué tarde. Abría energicamente la puerta de la oficina que daba a la fábrica y expiré. Mientras bajaba las escalera metálicas, acomodaba mis guantes, pasé por el perchero donde estaba la gorra que normalmente uso para el trabajo, es azul y abultada en la parte trasera, como las que utilizan los que trabajaban en las industrias de hace medio siglo. Meto todo mi pelo en ella exceptuando unos mechones rebeldes a los lados que no se dejan meter. La estructura de la fábrica se divide en un único complejo muy espacioso, con una cadena de montaje, unos cuantos ganchos colgando y un cúmulo de engranajes para procesar lo que antiguamente se fabricaba. Los techos son tan altos que hay eco, dos ventanales de tamaño absurdamente grande, son lo único que hace que se pueda ver al exterior. Las puertas también son enormes y de chapa, con un color verde gastado, hace que le de al lugar un punto tétrico, como si ya hubiese tenido su momento. Llego a lo que sería mi taller, un escritorio de madera, lleno de trozos de metal, engranajes, pilas y cables. Para ayudarme en una pared tengo toda clase de herramientas.
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Mejórame...
FanfictionEntras bajo tu propia responsabilidad, el que avisa no es traidor.