Cap 4

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-De ca-cator-ce-e -Mudito dejó la llave nombrada encima de la palma de mi mano, yo apreté la llave de paso en la tubería, el problema parecía más fácil de arreglar al principio. Rem y Kort bajaron de la parte superior de la cocina hasta donde las tuberías, donde estaba yo, deslice el patín en el que estaba tumbada.

-Terminamos-dijeron a la vez-un cable estaba suelto - dijo Kort-y un fusible se deterioró...-Miré por toda la habitación en donde estaba y vi que no había ni un alma.

-No-no-s-s-so-tr-ro-s tam-tam-bi-én... - Faku estaba custodiando la puerta así que cumplía correctamente con su trabajo, abrí la puerta en señal de que había acabado y Faku volvió a su reducido tamaño para esconderse en la bolsa. Me quedé con Mudito, para hacer cuentas. Sanji, el rubio de la silla, y una pelirroja entraron de inmediato.

-¿Cuanto es el arreglo? - dijo ella,no parecía estar de buen humor, hablarle sería una muy mala idea. Hice que los ojos de Mudito se volvieran calculadora y puse el total en ellos, luego se los mostré y ella simplemente sacó el dinero del bolsillo para dármelo. Lo acepté y comencé a recojer las herramientas.

-Mecánica-Chan,¿no tienes hambre? - Negué con la cabeza,aunque estaba de espaldas a el.

-¿No hablas? - Volví a negar con la cabeza, la pelirroja volvió a insistir. - ¿Por? - Me encojí de hombros.

-¿Que trato al clientes es este?-Me hice humo y aparecí apegada a ella,sacando las cuchillas de la parte trasera del antebrazo, tan cerca de su cara que pude verme reflejada en sus ojos. Hizo una mueca de miedo.

-¡¡Calmate!! ¿¡Quieres!?-El rubio nos separó, dedique una sonrisa a la pelirroja y baje la gorra a modo de despido. Crucé la puerta y parte de las escaleras, en medio de la cubierta desaparecí y la nube en la que me transformo apareció de nuevo en el muelle.

-¡¡Se nuestro nakama!! - Luffy, el azabache, gritó desde la cubierta, agarrado a los bordes del barco, debió de pensar que no le escuche y volvió a repetir la frase-¡¡Se nuestro nakama!!-Repitió y golpeó el la barandilla de madera gruesa en la que sujetaba, parecía un crío con una tonta rabieta. Giré mi cuerpo ciento ochenta grados para ver que no me lo estaba imaginando y, sin ser un espejismo, allí estaba. Solté la caja de herramientas y aparecí a su lado.

-¡Cu-cu-cuan-do e-e-rra-s-s p-p-pe-q-que-ño t-ee-te g-gol-l-pe-pe-as-t-te la-a c-ca-b-be-be-z-a! .... -Luffy,apretó sus puños y abrió los ojos como platos, era distinguible que sentía emociones contrariadas.

-¡Lo digo completamente enserio, imbecil!-Mi cuerpo retrocedió dos pasos,mi cintura chocó contra el muro, arrinconada, sin salida. Las palabras que sonaban de su boca sonaban confiadas y sin vacilaciones.

Mejórame...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora