~ Rose ~

344 42 2
                                    


No me detube hasta llegar a casa, entré rápidamente y con la velocidad en la que entré cerré la puerta detrás mía.
Me lancé al sofá con cansancio por la maratón que me monté.

— Tengo... Qué... Qué... Ah... – No puedo terminar la frase, estoy muy cansada.

— ¡¿Hola?! ¡Hey, chica rosa! – ¿Qué? Esos gritos se escuchan desde el jardín...

Me levanté del sofá y me asomé por la ventana, y para mi sorpresa, era el cartero.

— ¿Qué haces aquí? No estoy de humor para recibir algún papel ahora. – Dije mirándolo atenta.

El sólo soltó un suspiró de frustración. ¿Habrá corrido? Se ve sudado... ¿Será que estuvo esperándome todo este tiempo?

— Mira, no tengo tiempo para tu baja autoestima. Tomala y me voy. – Respondió extendiendo su brazo derecho con el papel en mano.

Esta bien... Dejaré mi autoestima deprimido esta vez... Tal vez el papel me cambie de humor.

Mensaje ArrugadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora