~ Rose ~

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— Hmmm... ¿Qué...? — Me desperté con ganas de morirme, miré el reloj... Las 5:00 am.... Suspiré. ¡¿Quién en su sano juicio viene y me despierta?!

Me levanté a pasos torpes y bajé.

— Agh... ¡¿Quién es?! — Pregunté en la puerta, tallando mis ojos todavía con sueño.

¡Soy yo Amelia! ¡Traje a tu padre! — Gritó una voz femenina detrás la puerta. O Chaos... ¡Era Rouge! ¡Y trajo a mi padre!

Abrí inmediatamente la puerta, encontrandome con la Rouge que conozco desde hace tiempo y a mi papá apoyado en ella. Me hice a un lado para que pudieran pasar.

— ¿Qué pasó? ¿Otra vez borracho? — Pregunté, todavía espantado el poco sueño que tenía.

— Si... Me encargaron que te lo trajera. Esta vez casi causa un incendio con un perchero. — Dijo dejando a mi papá en el sofá, la cosa que estaba más cerca ahora.

— ¿No pasó nada más? — Pregunté un poco más despierta.

Negó con la cabeza.

— No. No pasó a mayores. — Respondió.

Me dirigí a la cocina.

— ¿Quieres algo para beber? — Pregunté una vez en el destino, sirviendome un vaso con agua.

— No cariño, tengo que regresar. — Respondió dirigiéndose a la puerta.

— Esta bien. ¡Suerte y cuídate! — Grité desde el marco de la cocina.

Miré en su dirección, se había ido cerrando todo a su paso. Luego miré a mi papá... Todo devastado en el sofá, con su camisa manchada de alcohol y barba larga llena de... Quién sabe qué.
Estaba asqueroso, ya no sé si es mi verdadero padre.

Apreté el vaso con fuerza. Fue con tanta que sentí mi mano adolorida. Sentía...

Impotencia. Impotencia de verlo así de asqueroso y pensar que gasta el dinero en alcohol.

Mensaje ArrugadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora