Capítulo Seis: hola?

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Desperté por un ruido en mi habitación; abrí los ojos con pereza y estiré las extremidades, de modo que pudiese moverme mejor, ah... esta cama si que era cómoda, me quedé mirando el techo hasta que el ruido volvió a sonar.

-rayos- murmuré para mi misma, y me senté en la cama. Miré a todas partes pero no era aquí, seguro en la habitación de el lado, le resté importancia. Después, recordé que tenía que hablar con mi hermano, seriamente.

Bajé las escaleras sin hacer ruido, y mire hacia el ancho pasillo que había a mi izquierda "por allí debe estar Daniel", dije mentalmente, ya que el, anoche, no había subido a la segunda planta, Él suele despertar temprano, por lo que elegí, escuchar si había ruido en alguna habitación; efectivamente, escuché su voz al final del pasillo, si no estoy mal, estaba tarareando su canción favorita: "sweet child of mine".

" She's got a smile, nanananananana"  tarareé para que se diera cuenta que estaba fuera de la habitación, entonces, abrió la puerta, e hizo una mueca - te molesta tanto mi presencia? oni-chan?- le dije haciendo un puchero y el rió.

-¿te gusta la nueva casa?- preguntó moviendo la cabeza, mientras sacaba unas lámparas de lava, para las mesillas auxiliares; El era muy de la vieja escuela, con la música, el estilo de decoración y su sentido del humor, que no era el mejor del mundo, por cierto.- no he visto la casa, luego le echaré un vistazo; pero vine aquí con otra intención- dije e Hice una pausa malévola. - como es que conoces a esos chicos? y como es que no me dijiste?- solté las palabras con rapidez, arruinando la tensión.

-bueno... conocí a Samuel hace...- se quedó pensando - unos 8 años, si  - dijo y quedé boquiabierta; ocho años? que le jodan! Jamás me lo dijeron!. - a Guillermo, y a los demás, hace 4 años, o menos- dijo con tranquilidad <<ya ves? puedes matar a tu Hermano! tienes todo el derecho!!>> me dijo el subconsciente y sacudí la cabeza desechando ese pensamiento. - porque no me dijiste?- espeté y me puse de pie sobre la cama, para verme más alta <<idiota! sigues siendo gigante, Bájate de ahí!>> me reprendió mi yo interior y me bajé. Era igual de alta que mi hermano, o algo así.

-No lo vi necesario, no creo necesario decir nada, no entiendo por que te enojas- dijo sereno, y herví de ira, sin razón.

-Daniel. no tienes idea de cuán molesta estoy ahora mismo- dije sonriendo como loca y salí azotando la puerta de su cuarto.

subí a mi habitación de prisa, con cara de pocos amigos, pero decidí no amargarme el día, asi que ignoraria a Dan todo el tiempo.

Me dispuse a organizar la habitación, y saqué las cobijas, mantas y demás para hacer la cama. asi seguí toda la mañana hasta tener listo casi todo, tenía armadas las mesas de noche, el tocador, el escritorio. tenía que poner unas repisas, para los portaretratos, y la decoración, pero no tenía un taladro, para agujerar la pared. decidi ir a pedir uno a mis compañeros, para perder la timidez.

puerta uno: nada, está vacía, rayos.

puerta dos: toco con los nudillos y nadie responde, que raro, toco otra vez, -siga!- dijo la voz de Willy, y salté de emoción fuera de la habitación, para luego entrar con cuidado, su habitación estaba casi vacía, y sólo había una cama y una lámpara en el piso.

-quien es?- dijo boca abajo, y reí, se veía tan sexy. perdón, eso sonó mal. -soy yo- dije aún cerca de la puerta, observandolo. -eh... ¿Amanda?- preguntó no muy seguro, yo salté, recordaba mi nombre! - si, eso creo- dije mirando a toda parte, entonces giro la cabeza - tienes un taladro?- le pregunté y se sobresaltó -que?!? porque?!?- me dijo y yo reí -asi que no tienes? - pregunté y me giré - no tengo, disculpa- dijo y volvió a dormir, menudo pedazo de haragán.

otra puerta en frente de la mía, toqué fuerte y vegetta respondió casi de inmediato -un momento!-  luego la puerta se abrió y se me secó la boca, tenía el torso desnudo, mierda, era fuerte, y tenía unos abdominales de muerte. - hola, guapísima, ¿necesitas algo? - me dijo y sacudí la cabeza para dejar de mirarle <<urgida>> me dije mentalmente, luego le miré a la cara, cuán guapo era! <<espera! te dijo guapísima!>> enrojecí y sonreí -necesito... un taladro, si, eso- musité con un hilo de voz, -para?- preguntó divertido, sonreí otra vez - haré algunos hoyos. en la pared- dije rápido.

-creo que no, si encuentro algo, te lo llevo, ¿ tu habitación es en frente, cierto?-  dijo mirando a otro lado y asentí cuando se giró hacia mi, luego me fui de allí, totalmente nerviosa; gloob, que fuerte ha sido eso...

fui a la puerta al lado de mi habitación y nadie respondió, entonces abrí la puerta en silencio, no había nadie, pero había una cama y algunas decoraciones, salí y toqué la última puerta, que nadie iba a abrir?;decidi ir a bañarme, ya que estaba aburrida, fuí a mi cuarto por ropa y luego me metí en el baño que estaba al final del pasillo.

salí y me cambié, con unos shorts altos y un suéter hasta las rodillas, y descalza, como siempre. bajé a la cocina y revisé todo, vacío, habían unos cuantos platos, vasos y cucharas, eso era todo, ¿que le pasa a la gente ahora? y la nevera estaba vacía prácticamente, sólo había una caja de leche y unos huevos, tomé la leche y cerré el refrigerador. tomé unos cereales de la mesa y los mezcle con la leche, me comí todo y lo limpié.

-os lo dije! no iba a funcionar!- gritó una voz y abrí la boca, no... no otra vez.

- tengo hambre!! tengo hambre!!- gritó más cerca y me escondí detrás del mesón de la enorme cocina, escuché la voz de willyrex, pero estaba lejos, no escuché que fue lo que dijo. - que te reviento!!!!- espetó riendo, más cerca, joder... me puse de pie de un salto y se asustó - mierda!- se echó hacia atrás, le miré nerviosa y apenada a la vez, hice una pose de oración y baje la cabeza, la típica disculpa de Japón -hola?- dijo y reí -hola. - dije mirándole a los ojos, y me puse nerviosa de repente. -soy..- empezó a decir y le interrumpí -alexby- dije seca con las piernas temblando - iba a decir Alejandro, pero bueno...- soltó la oración entrecortada, caminé fuera de la cocina y me giré para verlo, era más bajo que yo, por algunos centímetros, -soy Amanda- dije un tanto insegura, y el sonrió, me sonrojé <<creí que no te sonrojabas>> mencionó el subconsciente, <<pues creo que ahora sí>>.

Huele A Hipster!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora