Kyungsoo había pasado el resto del fin de semana leyendo, preparando textos para sus clases; de vez en cuando se tumbaba en su cama mirando el techo blanco, esperando que el tiempo pasara rápido, otras veces iba a la sala y encendía el televisor para distraerse, en otro intento por hacer que las manecillas del reloj corrieran a mayor velocidad, pero estas no parecían avanzar como él hubiese querido.
En un momento se encontró pensando de nuevo en ese chico de piel morena y ojos atrayentes, ¿Cómo era posible que no hubiera logrado pasar un día sin pensar en él? No podía evitarlo, y se preguntaba si Jongin también estaría pensando en él con la misma intensidad, a pesar de estar ocupado con sus padres.
Pensar en ellos le recordó su relación peligrosa con Jongin y como era su costumbre desde joven, todo lo inexplicable podría explicarlo con una metáfora. Era como si Jongin y él caminaran sobre una cuerda muy fina tomados de la mano, intentando mantener el equilibrio y sostenerse el uno al otro, aunque ambos eran conscientes de que podían caer en cualquier momento. Si soltaba la mano de Jongin ambos caerían, solo que hacia lados distintos, tal vez si se mantenía junto a él, aun si en algún momento se cayeran de la cuerda o esta se rompiera, ellos caerían del mismo lado. Kyungsoo definitivamente prefería aferrarse a esa esperanza.
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Miró el reloj en medio de la pared de la sala y se puso un acogedor abrigo color mostaza, el frio de final de año hizo que su café se enfriara así que solo dejo la taza sobre el lavaplatos y salió con sus cosas hacia la fría calle, caminando a pasos largos para llegar a tiempo a la parada de autobuses. Jongin no lo había llamado el día anterior y él no había querido molestarlo, quería preguntarle cómo le había ido con sus padres, aunque no estaba seguro si aquella pregunta era apropiada.
Llegó algunos minutos antes de que el autobús se detuviera y subió rápidamente huyendo del frio de la calle, y como siempre se sentó entre los últimos puestos, dedicándose a observar el paisaje oscuro de afuera. Nuevamente la vida parecía burlarse de él, ¿por qué de repente, justo a esa hora de la mañana, había tantas parejas tomadas de la mano?, haciéndose mimos y todo eso, Kyungsoo estaba celoso, también le gustaría hacer eso con Jongin.
Sonrió mientras agachaba la cabeza, sintiéndose estúpido.
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Llegó mucho antes de lo estipulado en su contrato, pero quería dejar listas las actividades del día, e imprimir unos cuestionarios de repaso, ya que se acercaban los exámenes finales.
Joonmyeon lo observaba, sin que él se diera cuenta, desde la esquina contraria a su escritorio, donde estaba el dispensador de café.
-Yah… has estado ahí por un tiempo y no me has saludado- le reclamó con molestia, Kyungsoo dio un pequeño salto en su escritorio, ni siquiera se había percatado de la presencia del otro profesor.
-Ahh lo siento, no te vi- se disculpó a medias, sin ganas de levantarse y hablar con él.
-Has estado actuando muy raro últimamente- dijo el castaño acercándose al escritorio del más bajo, mirándolo con los ojos entre cerrados y los brazos cruzados, Kyungsoo podía notar molestia en sus ojos pero no sabía por qué- ¿No me vas a contar lo que te pasa? Tiene algo que ver con este muchacho… ¿Jongin?-
Kyungsoo sintió un vacío en el estómago, ¿miedo?, tal vez Joonmyeon lo había descubierto, porque sonrió al ver su reacción cuando dijo el nombre del moreno, su corazón comenzó a latir rápido, y la garganta se le secó mientras intentaba responder de manera correcta, que no dejara a Joonmyeon alguna duda o sospecha.
