Capitulo 15

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P.O.V. Lucy.

La mujer de pelo escarlata me llevo dentro de una de las carpas y me reviso, me hizo unas preguntas de lo que había pasado por lo que le conté todo, desde el día en el que los alemanes habían llegado a Magnolia mientras revisaba de que Happy estuviese sano y salvo.

—¿Quien dirigió todo eso? 

Me pregunto el hombre de pelo azul con su tatuaje en el ojo, su semblante era de sorpresa, y no era para mas, Natsu había echo lo imposible, con tan solo un puñado de hombres, sin suministros ni refuerzos había logrado defender a Magnolia por casi un mes entero.   

—Natsu... Natsu Dragneel.

Jellal sonrió, como si hubiese esperado a que dijera su nombre Jellal salio de la carpa moviendo uno de sus brazos para que sus hombres le siguiesen.     

—¡Bien muchachos! ¡Natsu este haya afuera haciendo lo imposible! ¡Es hora de salvar a ese hijo de puta!

Pronto entendí que los gritos y las groserías combinadas hacían que el animo de los soldados se levantase por los aires, pues los gritos a favor pronto ensordecieron mis odios, el sonido de las grandes maquinas de guerra hicieron resonar el piso, Erza me sonrió.

—Es hora de darle la vuelta al asunto.

Tomo mi mano y me guió hasta salir de la carpa, fuera, las tropas marchaban hacia Magnolia cantando, los tanques en fila iban a la misma direccion, los aviones nos sobrevolaban camino a Magnolia, la artillería disparaba hacia Magnolia con un ensordecedor sonido, no había duda el piso temblaba ante las tropas y las maquinas de guerra, no pude evitar sentir alivio, franceses y británicos peleando juntos para detener a los alemanes. 

—Natsu estará bien, es un chico rudo. 

—Lo se.

Dije sin mas, no era necesario que ella me lo dijera, Natsu regresaría a mi lado, confiaba en el, nada ni nadie podía detener su voluntad, así era Natsu Dragneel, a si era el hombre del que me enamore.

P.O.V. Natsu.

—Vamos inútil, levántate, falta muy poco. 

Gray me ayudo a levantarme, Simón y Romeo nos estaban cubriendo, aprecie muy bien la fuerza de Simón, mandaba a volar a los soldados alemanes como muñecos de trapo.  

Romeo disparaba las pocas balas que teníamos en las armas, cada vez que se nos terminaban las balas teníamos que conseguir otra del piso, o algo para defendernos.

—¡Romeo, ayuda al sargento Dragneel, yo los cubro!

Simón tomo un arma del suelo y  comenzó a disparar, Romeo me tomo del otro brazo, me sentía un inútil, pero por mas que lo ordenara mis piernas no respondían, mis ojos pesaban, me ordenaba a mi mismo a no dormir.  

Cerre los ojos un momento y sentí un golpe en la cabeza. 

—No te duermas idiota, muévete de una vez.   

 Que Gray me presionara no ayudaba, mas sin embargo lo entendía, ya estuvimos en una situación similar en Somme.

Aun no quería irme, hemos pasado por tantas cosas, hemos echo cosas impensables, ¡Por dios! ¡No voy a morir después de robar un puto tanque alemán! Hay alguien esperando por mi, por nosotros, no podemos morir en este puto infierno. 

Mire a mi espalda a Simón, defendiéndonos con todo lo que podía mientras avanzábamos rápidamente por ese lugar, pronto la tierra comenzó a temblar bajo nuestros pies, gritos de guerra se escucharon a la distancia.

Amor en tiempos de Guerra (Nalu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora