Capitulo 11

249 47 5
                                    

Simón desde el tejado de una de las pocas casas que había en Magnolia comenzó a disparar a los alemanes con un arma tirada del piso, pronto los alemanes dieron retirada, dispararon todo lo que pudieron hasta que ningún alemán quedo en Magnolia.

—¿Ganamos?

Natsu tenia ambas manos sobre el pecho de uno de sus hombres, intentando parar el sangrado, al parecer aquel hombre había recibido una bala de lleno en el pecho.  

—¡Rápido, lleven los heridos a la cafetería!

El hombre que Natsu trataba de ayudar parando la hemorragia escupió una bocanada de sangre, la sangre ensucio el rostro de Natsu.

—No quiero morir sargento... No quiero morir.

Sting bajo la mirada, la bala había logrado atravesar un pulmón.

—No lo aras, estarás bien.  

Gray tomo el hombro de Sting... Todos sabían que no sobrevivirá.

—Vamos Sting, tenemos que llevar a los heridos antes de que llueva.

Sting asintió... No le gustaría para nada estar en los zapatos de Natsu. 

No paso mucho para que la lluvia cayera sobre una destruida Magnolia... Sin refuerzos, sin recursos, sin esperanza. 

La única esperanza era Natsu...

Gray y el resto de sus compañeros salvo Natsu bajaron al pequeño bunker improvisado en la cafetería, querían pasar al menos 10 minutos con sus seres queridos antes de subir de nuevo a hacer guardia. 

—¡Gray-Sama! 

La mujer de Gray salto a los brazos de su amado, Gray tomo la cintura de Juvia con algo de fuerza, había pasado uno de los momentos mas angustiosos de su vida al resiste el ataque de los alemanes.

—¿Como esta todo haya fuera?

—¿Cuando podremos irnos de este lugar?

—¿Donde esta mi hijo?

Cientos de preguntas con las que los civiles bombardeaban a Natsu y a Sting, cientos de preguntas que ninguno de los dos podían contestar... Ya que ni ellos tenían la respuesta. 

—¿Donde esta Natsu?

Sting rompió el abrazo y miro a la rubia con tristeza, habían perdido muchos hombres, vidas que para Natsu habían sido perdidas por su culpa. 

P.O.V Natsu.

La lluvia caía fuertemente sobre mi, al final no pude salvar a muchos, estoy rodeado de cadáveres, tanto alemanes como los de mis propios hombres.

No podía hacer otra cosa mas que ver el cuerpo sin vida del hombre que le prometí que lo salvaría... Soy tan patético. 

Logramos defender Magnolia ¿Pero por cuanto tiempo mas? ¿Cuantas balas tendremos que gastar para ganarle a los alemanes? ¿Cuantos hombres mas tengo que perder para ganarle a los alemanes? 

Ya no quería seguir luchando, pero todos luchamos por algo, conozco personas que luchan por fama, otras para proteger a sus seres queridos, otras para ayudar a su nación. 

Mi razón para luchar era Lucy, pero ya no podía soportar tener que matar a otras personas, como yo, estoy seguro que estos cuerpos, tanto alemanes como británicos y franceses tenían recuerdos, sueños, esperanzas, metas... Y yo se los arrebate, si Jellal hubiese sido quien nos hubiese dirigido quizás no habríamos perdido a nadie. 

Un destello blanco apareció en mi campo visual, segundos después el estruendo de un fuerte relámpago resonó mis oídos. 

—Pobre, pobre Natsu.

Amor en tiempos de Guerra (Nalu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora