Familia

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- Malú, que vamos al pueblo, no hace falta que te arregles tanto, va sal ya, que no aguanto - Malú se había apoderado del baño, y yo no podía más, me encontraba al otro lado de la puerta con las piernas cruzadas y mi vegiga a punto de reventar.  - Va o me abres o me meo aquí en medio como Danka - Dije lo más sería que pude y escuché sus carcajadas al otro lado. Abrió sigilosamente la puerta y saco su cabeza para decirme. 

- No serás capaz, y además Danka no hace esas guarradas.  - Y se comenzó a reir ella sola, supuse que sería por la postura tan extraña que yo había adquirido. Comprendió que yo no podia más y me dejó pasar, se quedo apoyada en el marco de la puerta observándome.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así? - le pregunte extrañada.

-No pasa nada - dijo sonriente - ¿Cómo lo haces? - Preguntó intrigada. 

- ¿El qué?, ¿Hacer pipí?  no me digas que no sabes señorita Lucía, pero si usted es la que va dando clases de como orinar en la televisión. -Y me reí a carcajadas recordando el momentazo que se marco en la tele.

- Serás imbécil - y me tiró una pequeña toalla empapada, lo primero que pilló a su alcance. 

- ¡Ah! Joder Lula que está mojada y pica más.  - Dije con voz de niña pequeña enfadada.

- Am, te jodes por meterte con tu novia.

-Ya no podíamos aguantar más las carcajadas, por lo ridícula que era la situación y comenzamos a reírnos como dos locas, he de reconocer que a veces se nos iba un poco, o mucho.

- Va en serio, como hago el qué

- conseguí preguntar cuando cesaron las risas.

- Como lo haces para estar tan sexy e irresistible incluso cuando estás haciendo pipí - Me dijo todo esto con una ceja levantada y mirándome fijamente a los ojos. Yo ya me había incorporado y me encontraba delante de ella.

- Me has enseñado tú, tu has sido mi maestra. - le conteste divertida entonado la melodía de la canción. Y de nuevo volvieron a aparecer las risas en ese baño.

- Sabes una cosa, aquí la unica sexy e irresistible eres tú - Le dije en tono serio. - Sabes por qué, porqué me miras de esa forma y me pones esas caritas, que haces que me tiemblen hasta las pestañas ... - No había terminado de decírselo, cuando sus manos se encontraban enredadas por algún lugar de mi pelo y su labios pegados a los míos.

Bajamos a la recepción del hotel con las maletas incluidas puesto que después de estar con mi familia regresaríamos a Madrid. Nos despedimos de José y los chicos que se marchaban a disfrutar de los pocos días libres que tenian antes de proseguir con la maravillosa gira que se estaban marcando. Malú y yo volveríamos en mi coche.

Tomamos la última salida de la autovía que nos introduciría en mi pueblo y una sonrisa de oreja a oreja apareció en mi cara. Mi chica se percato de ello al instante.

- La verdad que es pequeño pero tiene mucho encanto. - Dijo Malú mirando hacia todos lados. 

- Pues sí, como tú - La miré de reojo y los ojos le brillaban de una forma desmesurada.

- Vamos a tener que venir más a Murcia eh! que te pones muy tierna.

- Tendrás alguna queja, yo siempre soy así, bonita. - Le dije todo esto mientras aparcaba y antes de abrir la puerta me beso, me beso con ternura pero con ganas.

- Eres un encanto, mi amor. - Me guiño un ojo y salió del coche,  mientras que yo intentaba reaccionar, llevábamos más de cuatro años juntas y todavía me temblaba todo el cuerpo cuando me decía esas cosas.

Con mis manos curo tus heridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora