Miedos

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Ese portazo retumbo por todo mi interior, una sensación indescriptible recorrió todo mi cuerpo de punta a punta. Era inevitable que no me afectase discutir con ella, aún que sea una pequeña tontería, en este caso era algo más serio, pero odiaba con todas mis fuerzas las disputas y más si eran con Malú.

Me coloque los cascos, me metí en la lista de reproducción de mi móvil y le dí al modo aleatorio, gran error por mi parte si piensas que la mayoría de canciones que ocupaban esa larga lista eran de ella. Tuve suerte y con los primeros acordes de 'Viva la vida' (Coldplay). Acelere el ritmo dejando la casa atrás, olvidandome de la discusión que habíamos tenido hace un rato y centrándome en mi respiración para mantener el ritmo frenético que había cogido, todavía no había amanecido, el sol intentaba salir, dejando entrever ese tono amarillento tan vivo del amanecer.

Después de esa canción le siguieron unas cuantas más, su voz entró por mis oidos, haciéndome bajar el ritmo, no era una de sus canciones exactamente lo que reproduccia mi Iphone, sino una de sus notas de audio, esas que tanto le gustaba mandarme asi por que si sin razón ni motivo aparente, no era necesario que estuviésemos distanciadas, podíamos estar bajo el mismo techo, que no era de extrañar que me saltará una notificación suya contándome una de mis canciones, a capela, o simplemente acompañada del chasquido de sus dedos, y ante esas cosas mi única defensa era sonreír,  sonreír y comermela a besos, es lo único que se puede hacer ante tanta ternura.

Con una sonrisa en mi rostro al recodar uno de tantos momentos mágicos a su lado, me pare y me dejé caer en uno de los bancos del parque dónde solíamos ir con los bichos, a pesar de la velocidad y de toda la adrenalina que había soltado en esa carrera, estaba relativamente cerca de casa y como no, el motivo por el cuál estaba sentada en éste banco a estás horas volvió a mi, aún que dudo que se hubiese ido en algún momento.

No sabía a que se debía el cambio de actitud de mi chica, que estaba cansada me dijo, que pensaba que yo no estaba cansada, que a mí me hacía gracia tener que ocultarme, salir a la calle con ella y tener que alejarme tres pasos de ella, no poder darle un beso cuando me apetecía, para mí también era duro. Pero sabía perfectamente que era lo que nos tocaba, que si lo sacábamos a la luz, no nos iban a dejar ni respirar, y tampoco sabíamos cuál sería la respuesta de la gente, ella había luchado muchísimo por llegar a dónde se encontraba a día de hoy, estaba en el mejor momento de su carrera, y yo no me podía permitir el lujo de que por mantener una relación conmigo todo eso se desvaneciese. 

Y en parte ella tenía razón, también lo hacía por mi carrera, acababa de empezar como aquél que dice. Tan solo tenía tres discos en el mercado y estaba a punto de sacar el cuarto. La mayoría conocían mi "amistad" con Malú y ella me había ayudado muchísimo a que mi música se diera a conocer. Y le estaba eternamente agradecida por ello. Pero erá ahí donde salia a pasear la Cristina insegura, la que tenía miedo de que al reconocerse públicamente la relación que mantenía con Malú, dejarán de juzgarla y conocerla por aquello que hacía que era componer y cantar sus propios temas, por aquello que tanto le gusta. Y que pase a ser la novia de. Habíamos zanjado este tema hacía tiempo en conversaciones anteriores, llegando a la conclusión de que mantenerlo en secreto era la mejor opción por el momento, y además ella era la primera que decía que su vida privada era suya y que la mantenía al margen, todavía no compredia ese cambio de actitud por su parte de la noche a la mañana.

El sol ya había salido por completo, agosto llegaba a su fin, a pesar de ser los primeros rayos de sol del día ya desprendían calor con intensidad. Me levanté de aquél banco y emprendí mi vuelta a casa, acelere el ritmo rezando por que aún se encontrase en casa, Malú se iba por una larga temporada para acabar con la última tanda de conciertos de la gran gira que se estaban marcando. Las veces que la vería serían contadas, y más si le sumamos que yo me metería en el estudió, a las dos semanas empezaría con la promoción del nuevo disco.  Lo último que me apetecia era que se marquese con el amargo sabor que nos había dejado la discusión. 

Llegué a la puerta del chalet, saqué las llaves y abri la puerta, mi mirada se fué en busca del coche, un cosquilleo me invadió al saber que todavía estaba en casa y que el spring final que me marqué había merecido la pena, estaba empapada de sudor, pero me moria de ganas por abrazarla y que nos despidiésemos en condiciones. Entré en casa pero no la haye por ningún sitio supuse que estaría arriba, terminado la maleta, siempre lo dejaba para el final al igual que a mi nos daba una pereza terrible hacer la maleta.

Subí las escaleras y entre en la habitación, la maleta estaba abierta y repleta de ropa encima de nuestra cama. Me quedé parada observando como se llevaba más cosas de las necesarias siempre lo hacía, sin que me lo espera salió del baño con la bolsa de aseo en la mano. Me miró de arriba a abajo, observando las pintas que llevaba estaba completamente regada en sudor. Un impulso me llevo a lanzarme a ella y atraerla todo lo físicamente posible hacía mí, envolviéndola en mis brazos, dejó caer la bolsa encima de la cama y yo me escondí en su hombro, inhalando aquél maravilloso olor que desprendía su pelo. Aunque no la ví, puede sentir su sonrisa tras mi cara, tras unos minutos así los cuáles a mi se me hicieron efímeros, nos separamos. Nos quedamos frente a frente y me regaló una de sus preciosas sonrisas, la mía no tardo en aparecer.

-Lo siento, me he comportado como una auténtica imbécil. -Rompió aquél silencio con esas palabras. Mientras sus ojos me delataban que se arrepentía sinceramente de lo que me había achacado hace un rato en el borde de la piscina. 

- Yo también lo siento, yo tampoco he estado muy acertada que digamos. - Me acarició la mejilla y a mi con solo ese gesto me temblaban hasta las pestañas, es inexplicable todo lo que causa en mi interior.  -¿Qué hora es? ¿Cuando te vas?.

-Son las 7:15 dento de un hora más o menos. Tengo que acabar de preparar todo esto.  -Dijo mientras se acercaba a la maleta.

-Ahora te ayudo, pero ven sientate necesito que hablemos, quiero aclarar las cosas. -Me sente en el borde de la cama y dí pequeños toques con mi mano izquierda sobre el colchón, para que se acomodara a mi lado.

- Por qué no te duchas antes - Me olí a mi misma y la volví a mirar, comenzó a reírse.

-¿Tan mal huelo? - Su risa no cesaba, y yo os juro que correría la mismísima maratón de Nueva York tan solo por oír su risa.

- No tonta, por qué te vas a resfriar. - Me contestó risueña. 

- Te cuento todo y después nos duchamos juntas - Dije con toda la pícardia del mundo. Pude notar como se sonrojaba.

-Estás jodidamemte sexy.- Se hacerco a mis labios y me dio un ligero pico. - Va cuéntamelo. -Entrelazo nuestras manos y se quedó a las espera de mis palabras mientras esos ojos marrones se clavaban en mí.

- Tenías razón, soy una cobarde, sí es por mi disco, Lula me he pasado toda mi vida estudiando una carrera que ahora no ejerzo, lo he apostado todo por la música, por mi verdadero sueño y sí, tengo miedo, miedo de que todo lo que he sacrificado no sirva para nada, de que no se me reconozca por lo que hago. Tengo miedo de que si nuestra relación sale a la luz pueda perjudicarte, eres la reina de la música de este país y yo simplemente soy una doctora en proceso de cantautora. No quiero que mi carrera suba como la espuma por que soy tu novia. Estoy muy muy orgullosa de todo lo que has logrado y te queda por lograr,  pero lo has echo tu solita, trabajandotelo día a día, si algún día llego a dónde estás tú quiero que sea por que me lo he currado y no por ser la pareja de Malú. Quiero que ser tu chica sea un plus no el motor de todo. - Solté todo el aire que quedaba en mi interior, una lágrima corría por mi mejilla, estaba temblando no sabía cuál sería su reacción ante mi declaración. Soltó una de sus manos y la dirigió a mi mejilla secandome aquélla lágrima.

-Mi amor vales muchísimo, no tengo la menor duda de que vas a llegar muy lejos, y que lo vas a hacer por méritos propios. Tienes una magia increíble.  - Me hablaba cerca muy cerca y sin dejar de acariciarme la nuca con la yema de sus dedos.

-¿No estás enfadada? -Pregunté esquivando su mirada.

-No, un pelin molesta, por que me lo tenías que haber dicho antes. - Y me abrazó, me acogió entre sus brazos haciéndo que todos esos miedo e inseguridades se esfumasen.

-Te quiero. -Susurré en su odio.

-Te amo. - Dijo deshaciendo aquél abrazo y poniéndome los bellos de punta, como cada vez que me lo decía.  -¿Nos damos  esa ducha? - Me preguntó mientras su nariz jugaba con la mía. 

Con mis manos curo tus heridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora