Adiós

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Decepcionado de las esperanzas que mantenían mi alma expectante ante un posible roce tuyo que alimentará mi ser aliviando el inmenso calvario por el cual mi corazón caminaba ensangrentado.

Soy un estúpido, me aferre a tu figura desvanecida esperando que suprimieras el frío que subyugaba cada parte de mi cuerpo, aún sabiendo que a tu ser no pertenezco.

No se que sucedió, si la llama del amor que ardía en tu espíritu se extinguió ó simplemente dejé de ocupar un espacio en tu corazón. En verdad no lo se, pero si se que me olvidaste, me dejaste a la deriva en el desierto de la soledad, donde la pena y amargura corroen mi poca felicidad.

Te fuiste, te rogué que no lo hicieras, con fuertes corrientes de agua fluyendo por mis mejillas te suplique que no te vayas. Mi vida estaba contigo, eras mi sol, eras mi cielo, demonios, eras mi todo, pero aun así, no te importó.

Me tomó tiempo, lo se, pero finalmente pude entender, que tú jamás vas a volver.

Anécdotas de una luna tristeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora