— ¿Más mordidas? — preguntaba entre leves risas el oscuro, mientras la chica entre sus piernas, continuaba hundiendo amorosamente sus dientes en cada lugar disponible en el cuello de su novio.
Recostados en el sofá, abrazados y con una frazada no tan gruesa que les llegaba a la cintura. Disfrutaban tranquilamente de la compañía del otro, en la cada de la rosada, mientras el cielo se caía afuera.
— son marcas de amor — dijo chistosa la rosada, riendo junto al azabache que la tenía encerrada cariñosamente en un abrazo.
— las voy a llevar orgulloso, entonces — respondió con ternura besando la frente de la ahora sonrojada chica.
Que no tardo en, esta vez, empezar a morder los cachetes del erizo.Continuaron riendo lo que quedó de la tarde lluviosa.
Dedicado a nayelita_rose