(Teresa)
-¿Queréis jugar? –pregunte susurrando a Nico y Diego.
-Si –contestaron bajito a coro.
-Correr a donde los perros, que estará El tito Ethan, y decirle. Es la hora de jugar y os engancháis a por él, pero con cuidado –les advertí.
-Vale –dijeron al tiempo que salían corriendo a por Ethan.
Me quede viendo como corrían, hasta que desaparecieron de mi vista. Ya tenían cinco añitos, y estaban de un revoltoso que acaba con mi fuerza. Por suerte tenia a Liam a mi lado y Ethan a quien le mandaba los niños a traición, como ahora. Pero no le importaba, aunque luego me dijera que tenía mucho morro.
Eran muy parecidos a Liam, nadie podía poner en duda que no fueran suyos, de mí apenas habían heredado nada.
-A eso le podemos llamar juego sucio –escuche a mi espalda.
Sonríe inconscientemente al escuchar la voz de Liam. Que se acercó y me abrazo por la espalda.
-Pero es divertido.
-Sí, eso no te lo puedo negar –dijo besando mi cuello.
-¿Tu también estas revoltoso?
-Siempre que estoy contigo –me giro entre sus brazos.
Apoye mi cabeza en su pecho.
-Tengo envidia de ti –comente.
-¿Por qué? –pregunto, aunque él ya sabía a lo que me refería.
-Porque no se parecen a mí –me queje.
-Claro que se parecen, cada vez más. ¿No notas su sentido aventurero?
-Ese eres tú.
-También. Pero ellos son más curiosos y no tan brutos como yo solía ser. Eso seguro que es tuyo.
-Si me lo pones así... -dije mirándole.
-También hay otra solución.
-¿Cuál? –pregunte confusa.
-Hacer más, hasta que alguno se parezca a ti.
-Serás bruto –me queje dándome un golpecito en el hombro al tiempo que negaba con la cabeza.
-Si ya te lo he dicho –dice sonriendo.
-Tengo que decirte algo importante –dije poniéndome seria de golpe.
-¿Qué pasa, princesa? –sonó preocupado.
-Yo te quiero mucho pero –empecé a fingir que lloraba.
-¿Pero qué? –dijo mirándome fijamente.
-Pero no sé si voy a quererte más a ti o al bebe que estoy esperando.
Se quedó parado por un momento, en shock. Hasta que se dio cuenta de que le había dicho que volvía a estar embarazada. Salto de la felicidad y me cogió en brazos dándome vueltas en redondo.
-Voy a ser papa.
-Ya eres papa –le recordé –cuando logre poner los pies en el suelo.
-Lo sé, pero ahora lo seré más.
De la nada empezamos a escuchar música y matasuegras. Aparecieron Nico y Diego saltando con gorritos de fiesta.
-Fiesta, fiesta –gritaban.
-Enhorabuena –dijo Ethan apareciendo tras los niños, también con un gorrito -¿Pensabas celebrarlo a solas y me mandaste a los niños?
-Puede ser –dije haciéndome la inocente. Me había pillado de pleno- ¿Cómo lo has sabido?
-Tienes dos niños que por caramelos le cuentan todo a su tito preferido.
-Eres el único que tienen.
-Por eso soy su favorito.
Hicimos una fiesta improvisada los cinco, en la que no faltaron las risas, las charlas y el amor.
Era todo lo que podía desear en esta vida. Estaba rodeada de todos a los que quería y me querían a mí. ¿Se puede ser más dichosa? Yo creo que no.
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Atada
RomantiekLiam y Ethan se encuentran algo que nunca pensaron encontrar yendo de caza. Teresa es rescatada por los hermanos Sands de sus amos. Hay algunos problemas que resolver, como convencerla de que le quiere y no de la misma manera que esos asquerosos que...