Capítulo 2.

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-¡¿Layla, acaso te estás volviendo loca?! -Susurre a su oído sosteniendo su brazo con algo de fuerza-.

-Tranquilízate Daph, no pasará nada malo. -Exclamó retirando mi agarre de su brazo-.

-¡Ash! -Camine con el idiota rumbo al armario, sí, al armario-.

Antes de continuar, les explicaré lo que tuvo que pasar para que yo estuviera camino a estar sola en un armario con "aquel idiota".

Minutos antes, Lorette propuso jugar "Verdad o reto", ya todos habían cumplido un reto o confesado algo, a excepción de mi y Nathan (ya saben, el idiota que tropezó conmigo y sólo se burlo de mi).

Todos bebimos y reímos como locos. Unos chicos se unieron a nosotros poco antes de comenzar a jugar. Éramos alrededor de diez personas, tal vez sea el alcohol en nuestro sistema, pero todos asombrosamente nos llevamos bastante bien, incluso el idiota y yo, no parecía tan descarado como antes.

-Bien, bien, ahora... Daphne. -Layla estaba recostada en el regazo de Tyler mientras dirigía su mirada hacia mi- Aún no haz jugado, así que ¿Verdad o reto?

-Mmm... -Dudé antes de contestar- Reto...

-Perfecto -Una sonrisa perversa se formó en sus labios. Miedo... un miedo repentino entro en mi cuerpo al notar lo que probablemente Layla estaba por hacer- Daphne Elizabeth, te reto a entrar a ese armario con Nathan durante siete minutos- señaló un pequeño armario situado detrás de nosotros.

Bien, aquí vamos.

Mi corazón comenzó a saltar por todos lados, no estaba segura de lo que iba a hacer, ¿Siquiera es humanamente seguro entrar a un lugar oscuro con alguien que apenas acabas de conocer? ¿Y si me hace daño? ¿Y SI ME MATA?, bueno, tal vez no me mataría, pero igualmente, ¡No es seguro!

Con unas manos muy sudorosas, una mente muy exagerada y un corazón demasiado acelerado, comencé a caminar hacia el armario delante del idiota. Al entrar, di media vuelta para luego ver al idiota entrar y cerrar la puerta detrás de él.

Empecé a buscar un interruptor para encender la luz ya que no se veía absolutamente nada.

-¿Qué buscas dulce niña? -exclamó con sarcasmo, puse los ojos en blanco, luego me sentí estúpida al darme cuenta de que él no podía verme.

-Debe haber algo por aquí para encender la luz... -Dije ignorando completamente lo que ha dicho-.

-No necesitamos luz -Sus palabras recorrieron todo mi cuerpo creando una especie de electricidad extraña. Observe cómo su silueta empezaba a acercarse a mi tenso cuerpo haciéndome retroceder, mi espalda toco una especie de trapeador el cual cayo ruidosamente al suelo.

-Escucha, sólo permanece lejos de mi y todo estará bien. -Su muy definido cuerpo comenzó a acercarse a mi aún más asustado ser- Enserio, detente o te patearé en las bolas. -Exclame fría y directa intentando empujar su cuerpo, lo que fue un total desperdicio de fuerza, el man tiene cuerpo de futbolistas, sin contar que me lleva dos cabezas.

-Daphne... Lindo nombre. Suena como nombre de chica delicada, pero tú de delicada se nota que tienes poco -Dijo entre risas-.

-¡Eres un imbécil, apártate! -Golpee su torso con mucho enojo, pero de igual manera, parecía inmune ante mis golpes.

-¿Sabes? Pareces una niña muy dulce, deberías intentar comportarte como tal -Sus palabras rozaron mis labios debido a lo cerca que estábamos-.

-Primero, imbécil: Apenas y me llevas dos años. Segundo: Espero y sigas pensando que soy igual de dulce cuando te rompa la nariz por idiota.
Y tercero: Aléjate. De. Mi -dije cada palabra con una frialdad que nunca pensé poseer. Enserio estaba molesta.

Daphne.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora