Capitulo 1: El mundo que conocemos

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Salí a la calle y lo primero que vi fue gente histérica corriendo por todas partes. Había coches en mitad de la calle, algunos de ellos accidentados, la mayoría abandonados y en otros se encontraban las víctimas sin vida de las colisiones. Los helicópteros casi lograban oscurecer el cielo y se perdían en el horizonte, supongo que más halla las cosas estarían aún peor. Miraba a todos lados sin saber que hacer. Tal vez debería quedarme en casa, allí tal vez estaría segura. Pero no podía hacer eso tenia que correr hasta el coche, de todas formas que importaba, ya era todo un caos.

Que la ciudad, y tal vez el país se había venido abajo era obvio, pero era increíble la rapidez en que todo había ocurrido. Pensé en una estrategia, aunque bastante sencilla dadas las circunstancias. El plan seria correr hasta el callejón que se encontraba al girar la esquina, justo en la parte derecha del edificio, allí estaba mi vehículo aparcado y si tenía un poco de suerte lograría mi propósito. Junté valor y salí corriendo. Era realmente difícil, ya que todo el mundo corría en dirección opuesta, obstaculizando mi paso. No sabia cuanta distancia me quedaba hasta llegar a la esquina, miraba a la gente y me puse nerviosa al ver las caras desencajadas de la gente, no sabia de quien huir ni si estaba segura entre aquel bullicio, simplemente intentaría no tocar a nadie en gran medida, aunque resultaba realmente difícil. De pronto ocurrió lo que se preveía, un hombre enorme que corría desesperado no me vio y me arrolló. Caí al suelo y me golpeé fuertemente la cabeza. Notaba como la gente me pateaba y pisoteaba en su huída precipitada. Lo último que vi fue el giro de la calle, mi objetivo, solo pude apretar fuertemente las llaves de mi coche antes de que todo se oscureciera, perdí el conocimiento, me abandoné a mi suerte...

Cuando me desperté el sol estaba desapareciendo. Faltaban unos minutos para que la oscuridad llenara el cielo y la ansiedad llenaba mi cuerpo. "¿Qué coño hago aquí?" no dejaba de preguntármelo. No recordaba nada. "¿Que ha pasado en la ciudad?". Me levanté y me dio un pequeño mareo, ahí fue cuando noté un fuerte dolor de cabeza. El golpe debió ser muy fuerte. Me di cuenta de las llaves del coche, pero ni siquiera sabia que tenia uno, imagina saber cual. Comencé a pulsar el botón del mando, haber si había suerte y lo había aparcado cerca...Ningunas luces se iluminaban, "¡Maldita sea!". Entonces vi a una mujer caminando desde la lejanía. Tal vez podría decirme que había ocurrido allí. Aunque la verdad tal vez no debería... ¿que iba a decirle? "¿Me he quedado tirada en mitad de la acera? La mujer se acercaba y decidí finalmente preguntarle, la curiosidad me podía. Comencé a andar hacia ella, pero noté algo extraño. No sabia decir que pero esa mujer debía de estar enferma o algo así, se tambaleaba de un lado a otro de la acera y miraba a ambos lados como buscando algo...

-¡Señora!- grité yo sin obtener respuesta. - ¿Está usted bien?-

De pronto se dio cuenta de mi presencia, se quedó parada unos segundos y después comenzó su paso ligero hacia mí. Y ahí, justo en ese momento, vi que algo no iba bien, que no debía esperarla, que esa mujer no era normal y que más me valía huir de allí y encontrar el maldito coche antes de encontrarme con alguien más. Lo que vi fue una mujer de unos 50 y pico años, su cabello era castaño y le llegaba hasta los hombros, lo llevaba suelto y bastante despeinado. Lo que me alarmó fue, en primer lugar el tono de su piel, que era muy roja, como las quemaduras producidas por el sol, solo que en el cuerpo entero y de un color más exagerado. Además se le señalaban las venas, principalmente las de la frente, el cuello, y aquellas partes en las que son mas visibles pero en ella de una forma exagerada, como a punto de estallar. Aunque aquella imagen era dantesca, y he ahorrado muchos detalles, lo que me hizo ahogar un grito de terror y dolor y salir corriendo de allí fue su pierna, que la tenia rota, a decir verdad casi le colgaba de un hilo y ese era el motivo de su tambaleo. No sabía como podía aguantar el dolor y mucho menos caminar, pero lo que era seguro que aquella mujer no era para nada normal y por muchas dudas que me pudiera resolver, ninguna persona en su sano juicio se quedaría allí.

Empecé a correr perseguida por aquella mujer, que traía la boca abierta y jaleaba las manos como intentando atraparme, aunque aun estaba a unos metros de mi, mientras yo pulsaba repetidamente el botón del mando. Esa mujer estaba desquiciada, empecé a gritarle que me dejara en paz y a la vez rezando por encontrar mi coche, ¡Demonios donde lo dejaría!, giré la esquina y al pasar al lado de un coche de color rojo las luces comenzaron a parpadear. No podría explicar con palabras la felicidad que sentí en aquel momento. Me introduje rápidamente en el coche, cerré todas las puertas y me escondí en el asiento del conductor, la oscuridad que ya había en esos momentos me ayudó. Esperé a que la mujer pasara, aunque estaba tan asustada que esperé un rato más hasta que estuve segura de que no volvería a encontrármela. Entonces pude recapacitar. Tenia el depósito lleno, al menos había sido previsora, supongo, ya que no recordaba nada, simplemente mi nombre y poco mas. La situación era la siguiente, no sabia donde estaba, ni que había ocurrido, ni donde vivía, ni hacia donde me dirigía. Estaba jodida. Antes de darme cuenta una chica se encontraba golpeando la puerta de mi coche desesperada -¡ábreme, ábreme por favor! ¡No estoy infectada lo juro por favor vienen detrás de mi me van a atrapar!- No sabia que hacer en ese momento, -¡OH Dios mío están girando la esquina!, ¡tengo dinero y comida, tengo lo que quieras, pero ábreme no quiero morir así!, ¡no quiero morir así!. ¿Debía fiarme de ella? Tal vez también ella estaba desquiciada, como la otra mujer. Pulsé el botón que abre las puertas sin saber que me iba a encontrar. Se subió precipitadamente en el vehículo y comenzó a gritar - ¡Arranca, arranca! ¡Hay que largarse de aquí!-. Así que, como yo no sabía nada de mi vida, decidí guiarme por esa chica, a la que ni siquiera conocía, ni sabía si estaba loca como la otra mujer, tal vez podría ser una psicópata o la culpable de aquel desastre, pero que al menos tenia las ideas mas claras que yo...


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