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—Lo siento Yoongi, perdóname por favor —Hoseok lloró haciéndose bolita en la esquina de la cama del mayor. Min Yoongi era un alfa tranquilo, un poco perezoso; tenia un pequeño departamento que sólo ocupaba para dormir, en la paredes habían varios posters de artistas urbanos, el típico escritorio de un estudiante lleno de papales, libros, bolígrafos del mismo color y un computador antiguo—. No pude hacer nada.

El omega estaba devastado, se había equivocado y descuidado horriblemente: ahora cargaba con la marca de otro alfa en su cuello. La marca de alguien a quien no amaba.

—¡No me hables! —el alfa le gritó dando vueltas de un lado a otro—, no puedo creer que te perdiera. Siempre trate de cuidarte, no me apresure a marcarme para mostrar que te respetaba; trate de no estar cerca en tu celo para que mi lobo no se descontrolara y todo para que viniera otro alfa y te pusiera su asquerosa marca.

—Yo te amo —le dijo el omega—. De verdad te amo, no lo amo a él. No sé nada de él, no lo conozco como a ti, que has pasado mucho tiempo conmigo. Yoongi te amo a ti.

—Entonces déjalo y vente conmigo —Min se acercó y tomó su rostro del omega entre las palmas de sus manos, con cariño, dulzura y una pizca de desesperación por una respuesta asertiva.

Hoseok recordó todos esos hermosos momentos que paso con el alfa, sus besos y caricias; la forma en que le hacia el amor y luego recordó a Kim, apresándolo contra el piso mientras lo violaba. Se estremeció y abrazo a Yoongi, quería estar con él, huir con él, pero también recordó el rostro apenado del otro alfa.

—Si me voy contigo y dejo que me marques para borrar su marca, su lobo morirá y él también, además también me afectara a mi.

La separación de las parejas enlazadas eran un infierno y una tortura lenta que afectaba a ambos física y psicológicamente. No habían muchos casos documentados de lo que pasaría cuando se volviera a marcar a un omega; después de todo, la población beta, seguía siendo la dominante.

Yoongi se apartó llevando sus manos a su cabeza y apretándola. Habían tenido problemas recientemente en su relación de pareja, pero nunca algo como esto. La marca de otro alfa les ponía un fin definitivo.

—Entonces no vas a dejarlo —no fue una pregunta, sino una afirmación, que le agrio el estomago.

El alfa estaba tan molesto de perder lo que creía suyo. Los alfas eran territoriales por naturaleza, el hecho de que otro alfa marcará a su chico lo cabreaba de todas las formas posibles.

—Quiero hacerlo, pero no puedo. Tienes que entender el deber de responsabilidad que tengo para con esa persona, yo te amo a ti Yoongi, déjame demostrarlo.

Hoseok tomó la mano del alfa y lo atrajo hacia él; le beso despacio y lo único que logro sentir fue asco. El rechazo de su propio cuerpo hacia una acción que días antes era como una necesidad. Por primera vez comprendió lo que significaba la maldita marca de enlazamiento.

¿Por qué su cuerpo reaccionaba de esa forma por los besos de la persona que amaba?

Yoongi lo beso con más fuerza y rudeza. Lo empujo contra la cama colocándose encima de él. Le quitó la ropa con rapidez y se quitó la suya propia; entonces, entre besos y caricias logró meterse dentro de Hoseok haciéndolo gemir y llorar a la vez. Le hizo el amor como nunca antes lo había hecho, con fuerza, con rabia, enojo y con las ganas de mostrarle que su cuerpo era de él y su corazón también.

Pero Hoseok volteó su rostro hacía el suelo y vómito: su corazón era de Yoongi pero una vez marcado no había vuelta atrás. Los cuerpos de los alfas y omegas estaban malditos y sólo aceptaban a una pareja.

—Te doy asco —dijo Min rencoroso—, ahora tu cuerpo no me acepta, será mejor que lo dejemos así.

Hoseok apretó las caderas contrarias rodeándolas con sus piernas. La biología no podía ganarle a sus sentimientos, su amor le pertenecía a Yoongi y a nadie mas.

—No te detengas Yoongi, esto no es nada, sigue por favor. No me importa si estar contigo me hace vomitar, yo te amo.




Estar conmigo sólo te hace llorar - VHOPE, FINALIZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora