9

111 22 4
                                        


A pesar de que intenté prepararme psicológicamente para la dichosa cena… no logré nada de lo que me propuse.

Pero tampoco era cosa fácil.

Las sensaciones que viví en mi sueño fueron miedo, ansiedad, impotencia al sentirme acorralado por los chicos… pero en la vida real lo único que conseguí fue quedarme completamente impresionado cuando, debido a que fui el último en llegar por problemas de inseguridad, mis cinco alumnos me recibieron al tocar la puerta, y aunque debo admitir que fue un poco chistoso verlos a todos aglomerados en la puerta lanzándose miradas de fastidio ya que al parecer hubo una discusión por quien abría la puerta, ni siquiera la graciosa escena, pudo evitar que la belleza de mis acompañantes me dejara sin habla.

Sé que lo he dicho ya pero de veras… qué demonios hace la élite de Corea para obtener tan buenos genes?

Todos vestían entre elegante y casual, llevando chaquetas de traje con pullovers debajo marcando los trabajados cuerpos de Ravi y Hyuk, jeans ajustados que mostraban el formado trasero de Hongbin, y por supuesto las camisas con algunos botones abiertos no hicieron esperar, dejando que las blancas clavículas de Jaehwan y Taekwoon me dejaran con la boca seca.

Para mi suerte, o tal vez no fuera tanta suerte, porque estaban logrando ponerme más nervioso de lo que ya estaba, los chicos no se percataron de mi boca abierta y de que posiblemente estuviera muy cerca de babear, debido a que estaban embelesados haciendo conmigo lo mismo que yo hacía con ellos, o sea, me estaban comiendo con los ojos.

Sentir esos cinco pares de ojos sobre mí, con esa intensidad, me hicieron estar agradecido de haberme tomado mi tiempo en arreglarme. No quiero sonar creído, pero sabía que está noche la atención iba a estar sobre mí, así que traté de estar lo más presentable posible.
Una vez me dijeron que cualquier color de ropa me quedaba bien, pero ya que quería lucir un poco más serio, debido a que soy el mayor aquí, decidí vestirme de negro, y para hacer más desenfadada mi vestimenta me decanté por unos jeans negros, que después de pasar casi 15 minutos tratando de ponérmelos, ya que no quería admitir que al parecer había engordado, me di cuenta que me quedaban muy…muy  ajustados y… no es que hubiera pensado en alguna situación que fuera a provocarlo pero… si de casualidad… una casualidad  muy extrema por supuesto... mi... junior despertaba... iba a pasar la vergüenza del siglo… porque en serio se me marcaba todo.
La idea más inteligente habría sido quitármelos, pero después de pasar tanto trabajo para ponérmelos me daba pereza, además de que quedaba poco tiempo para la cena y yo aún no terminaba de vestirme… culminé mi conjunto con una camisa negra que me cubría hasta los codos junto con unos tenis negros. Arreglé mi flequillo y me apliqué mis cremas mágicas y un poco de bálsamo labial, terminé con mi perfume preferido y sobre mis hombros, para abrigarme, mi chaqueta de cuero negra preferida.

Una vez me miré en el espejo me percaté de que, más que un profesor serio, el resultado había sido un adolescente rebelde, pero ni modo de cambiarme ahora, por lo menos era un adolescente rebelde muy sexy y yo estaba cómodo con la ropa. O eso era antes de que los ojos de los chicos no dejaran lugar de mi cuerpo sin inspeccionar.
Fui salvado por Sasha Jung, quien al ver que los chicos demoraban decidió salir a ver que pasaba. Me sacó de la puerta, dejando a los chicos atrás, y me hizo quitarme la chaqueta y dársela a uno de los sirvientes, provocando un silbido a mi espalda que me hizo enrojecer.

-Por dios su trasero es real? – mi cara debía ser todo un poema porque mamá Jung no pudo evitar reír.

-Si claro que es real, idiota – la respuesta de Taek solo provocó que mi rubor aumentara y que Sasha decidiera salvarme llevándome a la cocina con ella.

Sentí las miradas de los chicos clavadas en mí… espalda, digamos más bien baja, hasta que desaparecí de su vista. Creo que hasta en la cocina se oían sus suspiros.

N's Dance Academy (VIXX Neo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora