Prólogo

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                   SUFFOLK, MAYO DE 1692.

El pueblo entero iba de un lado a otro, algunos con la notable furia sobre sus rostros y otros (aunque pocos) aun temían en situaciones como estas. Y no era para más, últimamente acontecimientos como estos ocurrian cada día en aquel desolado lugar. Nadie confiaba en nadie, la poca unidad que se lograba ver era en momentos como estos.

-¡No tienen salvación! ¡Entréguense ahora y pediré a nuestro Dios el altísimo que perdone sus almas! - Uno de los lideres religiosos estaba al frente de la disputa buscando aquel par acusado de herejía, ninguno se le había escapado y al parecer no seria la excepción.

-¡Son ellos, ella es la mujer y el hombre que tanto buscamos!

Esas palabras fueron suficientes para que todos en aquel pueblo se concentraran en la captura de ambos, un hombre y una mujer. Los dos corrían en busca de escapatoria.

Ella era acusada de tener estrecha relación con el mismísimo Diablo. su belleza era tan impactante y duradera que nadie creía que era simplemente un don de la naturaleza. ¿Cómo culparlos? Su mismo rostro emanaba preciosidad, tan brillante como el sol pero tan blanca como la Luna. Dos esmeraldas como ojos y un cabello que parecía que emanaba fuego por si mismo, como los colores del atardecer.

Solo les basto una razón para castigarla: su belleza.

En aquel pueblo todos guardaban secretos y ellos no eran la excepción.

El joven que escapaba a su lado era totalmente distinto. Cabellos castaños que formaban rizos y caían rebeldemente por su rostro, su piel era totalmente pálida, como si no corriera sangre por ella haciendo que aquellos ojos verdes fueran lo mas llamativo de su rostro, sus facciones eran tan finas y precisas, sin duda era el hombre mas apuesto.
Para aquella gente, se trataba del mismísimo satanás en persona tratando de seducir a las mujeres del pueblo, quitarles su pureza y robar sus almas.

Trataron de adentrarse al bosque lo cual les resulto en desventaja ya que fueron acorralados en cuestión de minutos.

Su final había llegado.

-¡A la hoguera! - Gritaban todos a la vez mientras llevaban a estos a su destino, tres tenían sujetos a la chica y cuatro más al castaño.

La pelirroja sabia que no existiría escapatoria, llevaban buscándolos semanas y sabia que no descansarían hasta acabar con ellos, por lo que agotada, volteo a ver a su amado quien la veía con una sonrisa, ella lo conocía perfectamente para saber que el también estaba aterrado y se había rendido, sin embargo ahí estaba, siendo fuerte por ella.

-Búscame. Te estaré esperando. -La mujer fue quien hablo primero.

-Siempre. Lo haré  hasta encontrarte.

Devil came to me || Timothée Chalamet Donde viven las historias. Descúbrelo ahora