Mina Ashido

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¿Color favorito? Definitivamente el rosa.

Es que ¿Han visto a Alien Queen? Es mortalmente sexy, pero incluso esa perfección puede ser aún más perfecta según Mineta Minoru: experto en féminas lindas;
pechos grandes, trasero redondo, linda cara, mirada alucinante y personalidad encantadora, puede volverse aún más perfecta ¿Cómo?

—¡Ochako! ¿Se me ve bien? —dio una vuelta frente a ellos con un vestido blanco holgado.

—¡Se ve genial! ¡Pero prueba éste! —la amable Ochako le dio un vestido color rojo brillante.

—¡¡Bellísimo!! —chilló Mineta casi cayendo de todas las bolsas de compras que tenía encima.

Si, así es chicos, vivir en el paraíso rosa es difícil. Mineta aceptó sacrificar su columna vertebral a cambio de acompañar a sus lindas compañeras de compras para una fiesta improvisada en casa de la diosa Yaoyorozu.

—¡Uraraka tú también deberías probarte vestidos junto a Mina! —dijo ansioso, casi babeando.

La adorable castaña pensó un momento.

—¡Vamos Ochako, necesito ayuda con subir el cierre de atrás y esas cosas!—La animó.

Ochako dió una sonrisa y puso las cosas sobre la montaña de bolsas de Minoru.

Las dos chicas se metieron al probador.

Si hay alguien que toda la clase A estima, es a la dulce Ochako y a la alegre Mina

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Si hay alguien que toda la clase A estima, es a la dulce Ochako y a la alegre Mina. Cualquiera quiere entablar una amistad y/o conversación con esos dos ángeles misericordiosos caídos del mismo cielo de la belleza y sensualidad.

—¡¡Son ángeles!! —masculló asomándose debajo de la cortina color caoba.

La tela con puntos rosas pastel en fondo blanco estaba pegada caprichosamente sobre la feminidad de Uraraka mientras sacaba su blusa amarilla. Mina acomodó su brassier par que sus Minas no salieran de su lugar mientras tomaba un vestido al azar.

Miró atento como Uraraka buscaba entre el montón con mucha atención; El vestido rosado que Mineta había escogido para Ochako era el que se iba a poner. Contuvo las lágrimas de emoción, ellas eran las únicas que no lo menospreciaban.

Miró de nuevo el cuerpo de las chicas, apretó sus labios y regresó a donde estaba.
Acomodó las bolsas y se sentó a esperar que salieran.

Ellas eran muy amables y le brindaban más confianza que cualquiera en la UA, no quería que dejarán de confiar en él, así que decidió esperar sin mirar más que cuando ellas quisieran.

Mina fue la primera en salir, ésta vez con un vestido color blanco que tenía un escote muy lindo en forma de V.

—¿Qué tal, Mineta-kun? —extendió la tela de su vestido.

Sonrió emocionado. —¡En verdad se ve muy bien, Mina-san! —chilló.

Le regaló una sonrisa. —¡Gracias!

Después salió Ochako con el vestido rosa.

—¡Mira, Mineta-kun! Tenías razón, este era mi color —acomodó el vestido.

Minoru sonrió orgulloso de su buen gusto en ropa femenina, cabe recalcar que él también escogió el vestido blanco sobre el majestuoso cuerpo de Mina.

—¡Busquemos ahora ropa para Mineta-kun! —dijeron ambas.

—Yo no estoy invitado a la fiesta —se excusó nervioso e intentando disimular su evidente tristeza.

Las chicas de miraron culpable y un silencio asesino dirigió de ellos.

Ashido lo miró —te invitamos.

Un ápice de inseguridad se abrió en Minoru, todos habían sido invitados, menos él.

Ochako salió vestida normal —no te preocupes, Mineta–kun, seguro que a Momo se le olvidó.

Sonrió para disimular su tristeza.

Salieron de la tienda y Ochako le ayudó haciendo pesar menos las cosas.
Caminaron hasta una tienda de ropa masculina.

—Seguro que un traje negro te vendría bien— entraron emocionados.

Las dos se fueron a mirar la ropa y Mineta se quedó mirando el suelo, parecía que sólo ellas lograban mirarlo, sin aviso previo alguno: el sentimiento llegó a su corazón. Quizá a estado cruzando la línea con su fanatismo y por eso técnicamente nadie lo quería más allá de ese concepto que se había formado alrededor de él.

Suspiró y secó las pocas lágrimas que emergían de sus ojos.

—Mineta  —miró hacia arriba y los pechos de Ashido tapaban la mitad de su rostro al ser vista desde abajo— no dejes que te haga a un lado Yaoyorozu.

Miró curioso.

—Ella puede ser algo... cerrada—habló Ochako.

—No te preocupes, nosotras no te haremos a un lado.

—¡¡Chicas!! —chilló corriendo a ellas y abrazando sus piernas.

—Eres muy agradable a tu manera, sin ti no hubiéramos podido encontrar un buen vestido rápido —dijo dulce el perfecto complemento del rosa.

—Ánimo —Mina sonrió enérgica.

—¡Debemos ir a esa fiesta mejor que nunca! —Ochako lo jaló con ellas al vestidor.

¡Sin duda se ganaría a todos en la fiesta de Yaoyorozu!

¡Oh!  Ochako y Mina son el perfecto complemento.

I n c o m p r e n d i d o #DefinitivosAwards19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora