Hey, Sr. Potter

Capítulo 1.

Primer día de clases y apenas habían dado las siete de la mañana en el reloj de su habitación, la cual ya estaba con todo en su lugar y su bolso listo a un lado de su cuerpo, con todos los cuadernos y libros que debía llevar ese día en específico.
Los ojos de Draco estaban abiertos, pero su mente aún seguía dormida, y era difícil despertar bien después de una noche de insomnio.
Odiaba tener que volver a la misma escuela con la misma gente, mismos profesores y sus abusos exagerados de poder.

Lamentablemente era bastante mejor que estar en vacaciones, todo el día solo, ya que sus padres se la pasaban trabajando para "darle un mejor futuro".

Cuando el conductor estuvo listo para llevarlo a la escuela, el rubio tomó sus cosas y se dirijo hasta el coche.
No tardaron mucho, debido a que no había mucho tráfico. Dentro de 22 minutos ya estaban en el establecimiento.

Un suspiro salió por sus labios cuando su designado conductor abrió la puerta de atrás, tomando sus maletas para bajarse del coche negro con plateado que llamaba la atención de más de uno de los estudiantes.
Rodó los ojos cuando vio como las chicas se saludaban afuera del establecimiento con abrazos y besos en las mejillas de forma exagerada.

Draco sólo tenía una amiga en la escuela, y esa era Pansy, su mejor amiga de la infancia, sin embargo no la vio hasta que llegó tarde a la primera clase, como siempre.

—Me quedé dormida. — Murmuró justo luego de sentarse a un lado de Draco de forma apresurada, casi tirando sus cosas en la mesa.

—Wow, que sorpresa, ¿Tú quedándote dormida? No te creo.

—Ja ja, muy gracioso. Anoche no dormí casi nada.

—Ni yo.

Ambos se quedaron callados cuando el profesor pidió silencio.
De todas formas la primera clase estaba acabando, no había mucho que hacer el primer día.

Cuando el timbre sonó supieron que venía la segunda hora.

—Oh no, Draco, se viene el viejo.
—¿Qué? ¿Nos toca castellano hoy?
—Sí. Ese viejo profesor ya debería haberse retirado hace años, apenas se le entiende lo que habla.
—Lo sé.

Entonces todos se quedaron callados cuando un hombre joven entró en el aula, dejando las cosas en la mesa donde los maestros lo dejaban todo el tiempo.
Se acomodó los anteojos y anotó su nombre en la pizarra.
Draco quedó con los ojos abiertos como platos cuando el chico de ojos verdes entró.
Su cabello era negro y su cuerpo... Su cuerpo era fabuloso.

—Oh, mierda.

Los ojos verdes escondidos tras las gafas le miraron, y entonces el rubio supo que lo había dicho en voz alta.

—Cuidemos el lenguaje durante mi clase, señor...
—Malfoy. Draco Malfoy.

Y pudo ver la sonrisa que el profesor rápidamente escondió.

Iba a ser un año interesante.