-Creo que pedimos demasiada pizza, ¿no creen?- Dije mirando a Piero e Ignazio-
-Si, fue una exageración pedir una pizza grande para cada quien- Decía Piero mirando a Ignazio-
-Porque me miran los dos a mí-
-Estábamos en la pizzería de su hermana; la mejor pizzería de la zona--¿Se las pongo para llevar?-
-Si eres tan amable cariño- Le dije como de costumbre. Era ya bastante noche, el reloj de la pared marcaba las 11:45 de la noche; por lo que la pizzería estaba cerrada desde hace ya bastante tiempo-
-Se van con cuidado porque ya es tarde-
-Yo me quedo contigo-
-Ya se menso, le digo a Gianluca y a Piero-
-No te preocupes cariño, nos vemos después- Salimos de la pizzería y una ráfaga de viento helado nos calo los huesos- Hace bastante frío ¿verdad?-
-Camina rápido Gianluca-
-Miedoso, pensé. Estábamos cruzando el parque para llegar a mi casa, cuando se escucho a una persona toser y estornudar- Salud- Dije con un tono alto para que me pudiera escuchar-
-Gracias-
-Era la voz de una mujer y por su tono de voz podía saber que era bastante joven. Traté de encontrar a la persona pero estaba bastante obscuro como para distinguirla-
-¿Tienen algo de comida que me puedan regalar? No he comido nada en semanas-
-Mis pies se detuvieron como por inercia e intente de nuevo distinguirla en la obscuridad- Tenemos pizza, la vamos a dejar aquí para que puedas venir por ella- Piero me miro con cara de “De estas loco”. Deje lentamente las pizzas en el suelo para después caminar a un paso más rápido. Nunca pude distinguirla. Llegamos a mi casa bastante rápido-
-Tú estas loco verdad-
- Loco no es la palabra adecuada, cortés si-
-Que tal si nos asaltan-
-Solo tenía hambre y frío- Pobre mujer pensé-
-En fin me voy a dormir, hasta mañana señor cortés-
-Descansa señor exagerado- Esa noche casi no dormí nada, me la pase pensando: el frío que hacía a fuera, habrá tenido algún suéter para cubrirse o tendrá algún lugar en donde dormir. Y con esos pensamientos de remordimiento diría yo, me quede dormido aproximadamente a las 3 de la mañana-