-No me digan Gigi saben que odio que me digan así- Fue de mala gana y me senté en la alfombra de la sala aunque no me sentía cómodo, mi cuerpo y yo queríamos salir a caminar por el parque e ir a ver a la persona que vive allí pero sabía que si salía me iban a empezar a decir de cosas y me iban a seguir y si yo iba necesitaba estar completamente solo y tranquilo-
-¿Qué te pasa Gian?- Pregunto Piero como siempre-
-Voy a marcarle a Vanesa, ahora regreso- Salí al jardín trasero para poder hablar en privado- Hola amor, ¿Cómo estas?-
-Hola mi cielo, estoy bien, sigo en el trabajo y tú en ¿donde estas?-
-Estoy en casa con los chicos terminando de ver una película. Te iba a preguntar si el fin de semana vas a estar libre-
-Si estaré libre el fin de semana-
-Nos quieres acompañar a comprar el árbol de navidad-
-Por supuesto mi cielo-
-Perfecto paso por ti el viernes en la noche-
-Si amor, te amo-
-Yo también te amo-
-¿Cómo puedes amar a alguien con quien llevas a penas 6 meses?- Pregunto Piero-
-Cuando tengas pareja lo entenderás- Necesitaba salir y ver a la persona de esa noche quien seguía siendo una completa desconocida hasta el momento- Voy a la tienda no tardo, ¿quieren algo?-
-Gian todos sabemos que no vas a ir a la tienda-
-Entonces todos somos muy inteligentes- Dijo soltando una carcajada al final de la frase, tome las llaves de la casa y me puse mi abrigo negro y largo y salí de la casa; camine despacio hasta llegar al sendero que da inicio al parque, mis pasos eran de cautela, podía visualizar el roble y la pequeña casita improvisada a su lado, cuando al fin llegue hasta la casita no se veía ninguna persona- Buenas noches- Dije con la voz algo gruesa pero no lo suficiente como para llegar a intimidar-