Prohibido pensar en la luna

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Tiempo después del banquete

Había pasado un tiempo desde aquella vez que el lider del Clan Jian lo había visitado viéndolo en ese estado deplorable, también que había dejado salir todo su dolor. Pero... Aunque en los días siguientes estuvo normal, poco a poco fue cayendo de nuevo en aquel vacío. 

Si hubiera sido alguien común y corriente, seguramente ahora estaría completamente borracho. Miro el vaso que tenía en mano, ¿qué más daba? Lo habían usado, engañado y aún así no podía evitar sentir que en algún momento su amistad había sido sincera. En ese instante no estaba realmente de ánimos para nada, incluso le había costado tranquilizar a su hermano hace unos días haciéndole creer que estaba bien, que dentro de lo mal que se podía estar, estaba bien. Era gracioso si se ponía a pensar, el hecho que el peor error que había cometido su hermano, ese error que le había causado tanto dolor era el mismo que ahora le permitía entenderlo y saber como ayudarlo de ser necesario. 

Tomó otro sorbo de su vaso, el té hacia un tiempo que se había enfriado lo suficiente como para ya no poder saborearlo como le gustaba. ¿Qué más daba? No tenía realmente ganas de hacerlo, solo quería que esa pesadez en su cuerpo desapareciera. 

Estaba tan concentrado en sus pensamientos que no escuchó unos pasos detrás, tampoco la voz que lo llamaba, hasta que alguien tiro de su cinta, no para desatarla sino para hacer que su cabeza se volviera hacia atrás y viera alguien. Cabellos semi recogidos, una cinta violeta... Ropa purpura.... 

-Jiang Cheng...- lo llamó con suavidad pero sorprendido de verlo. ¿Cuando había llegado?

-Idiota... Te he estado llamando demasiadas veces, y como siempre... no me respondes...- lo regaño y antes que siquiera pudiera responderle, lo beso en esa posición.

En cierta forma entendía la decepción que sentía Lan XiChen, sus mejores amigos lo habían traicionado de alguna forma, o eso es lo que él sentía. Claramente podía relacionarse, Wei Wuxian también lo había traicionado de alguna forma al no decirle nada, al mantenerlo en la oscuridad varias veces. Pero... sabía que no existía forma de aliviar eso, sino viviendo con ese saber. Cuando finalmente se separaron del beso... 

-Ni te atrevas a decirme nada.- y no quería escuchar la frase de lo que estaba en su mente, sabía en qué pensaba antes de su llegada. Lo tomó del borde de las prendas para obligarlo a levantarse. 

-Jiang Cheng....- y de forma obediente le hizo caso... Quien sabe, quizás porque se sentía obligado de alguna forma, por no poder corresponderle como antes, por no poder ser el mismo que había sido meses, años antes...

-¿Te dije que hablaras? - y lo empujó en una cama para posicionarse en su regazo- De ahora en más, no tienes permitido mirar al pasado... Solo... mírame a mi, Xichen -le pidió mientras lo besaba- Esta vez... soy yo quien no te dejará solo.

Nuevamente no dejaría que dijera nada, no quería escucharlo. En verdad no quería escuchar lo que tenía que decirle, prefería eso... Que sus cuerpos hablaran. Pudo sentir como las manos del otro se posicionaban en su cintura mientras se besaban. Y por alguna razón... sentía que el otro también quería eso: quería algo que hiciera que su mente se nublara. Y le daría eso, aunque lo obligaría a verlo en todo momento para que se concentrara en él.... De modo que ni bien sintió que entraba en una especie de piloto automático lo mordió con algo de fuerza: no la suficiente para lastimarlo pero si provocando que el mayor despabilara un poco...

El mayor de los jade había aceptado el beso tratando simplemente de no pensar y de solo sentir, de hecho hasta comenzaba a simplemente regresar el beso de manera tal que ni siquiera estaba teniendo en cuenta quien era el que lo hacía... Hasta que sintió la mordida y eso hizo que se separara

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