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Realmente quería saber de dónde está gente sacaba tanta energía para repetir quince veces los mismos cinco pasos, y de pasó, verse malditamente bien, o sea, una verga increíble.

No, más bien me daré a mí misma el crédito, porqué maquillarlos y mantener un buen ambiente en el área de peluquería tampoco era muy fácil que de diga.

Teníamos a Solkyung y a Kyulkung que casi todo el tiempo estaban bien, a Enuhwo algunas veces le picaba la mierda y trataba mal a uno, pero después se tranquilizaba, Demian vivía más tiempo en su mundo que aquí, y bueno, Lina estaba más centrada en ser una acosadora que en su propio trabaja.

— ¿Necesitas que arregle algo?— Cuestiono.

— ¿Por qué lo crees?

— Porque desde hace rato te estás viendo al espejo.— Le digo a Seokjin.— ¿Cambio el color de tus sombras?

— Sí, ponme este rojo.

Me llevaba bien con la mayoría de los integrantes, podría decirse que JiMin, Jungkook y Taehyung eran los más cercanos a mí, o sea, los únicos que podían saludarme con confianza y no tener una conversación incómoda. Namjoon y YoonGi eran otro caso, no había día que no me sintiese vigilada por el par. Al final no le tomaba importancia, si no hacía nada malo no tenía porque termerles. Ahora, Seokjin y HoSeok eran los más ladillas, literalmente solamente saludaban, unas pocas palabras, y ya está.

Mira, no me quejo, pero no me acostumbro aún a no hablar con las personas constantemente. 

— ¿Desde cuándo están aquí?— Comenzó la conversación Seokjin después de que finalice su maquillaje.

— Desee ayer, nos quedamos arreglando el escenario y la cuerda.

— Entonces no hicieron mucho.

— Es que de dice rápido pero se hace lento, además, nosotros no sabemos mucho de eso y fue más lento aún.

— Pero sí Alejandro sabe mucho de esas cosas, se la pasa reparando cosas en la empresa.

Ah, ese guebon no dejaba de ofrecerse.

— Tenía un calambre, Demian tenía miedo a la máquina de soldar así que termine yo haciendo las cosas.— Me alejé, ahora sí, de su rostro completamente.— Discúlpame si huelo mal, no me dio tiempo de ir a casa.

— Se nota, pero no te preocupes.

Mi asombroso fue tal, que incluso no pude mantener mi boca cerrada.— Seokjin-ah, usted me odia.— Me sentí estúpida y muy bien a la vez, había dicho una oración en coreana propia del dialecto, y también porque soné como típica señora de dorama.— ¿En serio huelo tan mal? 

Asiente penoso.— ¿En serio fue tanto?

Asentí frenéticamente mientras buscaba en mi bolso un chocolate.— Esperamos a que le den una vídeo de quince minutos porque nos costó trabajo. — Al terminar de buscar en mi bolso, pide conseguir dos de los bombones que compramos hace unos días.— Toma.

Lo toma al instante, pero me señala divertido.— ¿Me estas coqueteando? Siempre me das dulces.

— A ver, a todos les doy chocolates.

¿Corea? Coño e' su madre. [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora