cap 2

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Como no había mucho tránsito llegó perfectamente en hora, ingresó en aquel edificio, le dejó la llave del auto al acomodador del estacionamiento, saludó al portero y subió.
Sacó su llave y entró al departamento. Se quitó toda la ropa, que dejó perfectamente doblada sobre una silla, se echó en la cama de dos plazas y se tapó los ojos con una gruesa venda de seda negra que
previamente tomó del cajoncito de la cómoda.
Luego, simplemente esperó allí tendido.

Apenas esperó algunos minutos, escuchó las llaves abrir la puerta
desde el exterior y luego los pasos de él acercándose. Unos segundos después lo percibió acercársele aún más, tanto que oía su respiración y sentía la calidez del cuerpo del contrario

Él le tomó las muñecas con fuerza y el sintió cómo él se las ataba a la cabecera de la cama, mientras terminaba de apoyar completamente el peso de su cuerpo sobre el de el. Le separó las piernas con algo de
rudeza y tuvo sexo con el sin mayores juegos, sin gemidos, sin palabras y sin descanso. Evidentemente hoy no estaba de humor para nada más.
Luego de que terminó, esperó unos minutos sin salirse de su posición y arremetió nuevamente esta vez para el.

Jimin lo sabía y permitió que él
lo trabajara con dulzura, paciencia y un profundo conocimiento de su
cuerpo hasta hacerlo llegar al orgasmo sin gran esfuerzo.

Al final la respiración de ambos estaba bastante acelerada, él de
cansancio, el por la explosión de excitación, ambos de paz. Así, él se separó de el tendiéndose a su lado un rato, el sabía que él aún no lo dejaría, que todavía lo deseaba y no se equivocaba.

En algún punto él le dio vuelta y lo volvió a atar en esa posición.

Otra vez sintió aquel cuerpo sobre el de el y una vez más, él lo penetro para luego de un rato terminar nuevamente. Se quedó allí tendido sobre su
espalda un rato más, Jimin se impacientó y se revolvió levemente debajo de él. Él como única respuesta dio un chistazo muy corto y lo golpeó en la nalga rudamente, el comprendiendo la advertencia y obedeció al instante volviéndose a quedar completamente quieto.

Él continuó luego de un rato
como el deseaba, hasta que Jimin terminó por segunda vez y luego lo abandonó, desatándolo previamente y colgándole algo alrededor del cuello para luego vestirse e irse.

Jimin sobre la cama esperaba con la venda aún puesta, la cual no se quitó hasta que él hubo abandonado definitivamente el departamento.
Cuando el estuvo bien seguro de que él se había marchado, al
sacarse la venda de los ojos apreció frente a un espejo, la bonita joya que ahora le pertenecía.

Una obra de arte (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora