El sábado siguiente salio temprano, tocó timbre en la dirección de la tarjeta que le habían dado en la galería de arte.
Por algún motivo la tarjeta no tenía un teléfono, ni siquiera un celular, así que, se había visto obligado a tener que ir directamente a ver al tal Suga lo cual lo había fastidiado desde el mismo inicio.
La puerta tardó en abrirse, por lo que el tuvo la excusa perfecta
para apretar con dureza el timbre, si no había nadie allí adentro pues a nadie estaría molestando, de lo contrario, en realidad no le importaba mucho.
Cuando estuvo a punto de darse media vuelta y no volver nunca
más, lo que incluía tirar la tarjeta en el primer bote de basura con el que se cruzara, la bendita puerta se abrió.
Allí de pie frente a el estaba el mismísimo joven que había
conocido el día de la exposición en la galería de arte, mirándolo con sus inmensos ojos marrones, todo mojado y cubriendo su blanco delgado y lampiño cuerpo únicamente con una toalla que un nudo mal hecho sostenía a su cintura. Evidentemente había interrumpido su ducha. El no
demostró expresión alguna y con tono frío y autoritario dijo-Busco a Suga
Él sonrió ampliamente con un grado de picardía atrevido y algo
infantil y respondió-Soy yo
Luego simplemente se le quedó mirando sin conseguir nunca borrar completamente su sonrisa del rostro, casi de modo burlesco.
El más que ofendido se sintió tonto aun cuando ya sabía desde el primer momento que sería él. Dudó un segundo ante el silencio del joven que lo esperaba y dijo al fin con un leve grado de inseguridad en su voz,
dada la situación-Quería comprar la obra.
El volvió a sonreír, es decir, aún más, al escucharlo y alzó las cejas, su sonrisa era franca, por lo que no era hiriente, sino más bien atractiva.
-Pensé que era... mmm... depravada, morbosa y ¿ligeramente sádica?
Mientras decía esto, Suga abrió completamente la puerta como en un gesto para que ella pasara al interior de su vivienda.
El sitio era inmenso, la habitación era como la cámara de las cosas guardadas o
escondidas en el colegio de magia y hechicería de Howard, un lugar inmenso, laberintico y tapado de cosas, antiguas, artísticas, polvorientas,
apiladas y con un valor promedio relativo alto. Desde luego había muchos
más cuadros que otras cosas y Jimin estaba seguro de que una fracción eran hechos por élSuga cerró la puerta tras de ellos y comenzó a caminar en una
dirección, haciéndole gesto claro para que lo siguiera por allí, por el medio de la inmensa masa de cosas.
Había en el medio de todo aquello una bonita y antigua cama doble donde estaba claro que él dormia y no muy lejos escondidas, en una fracción de pared libre había dos puertas una al lado de la otra: una daba
al baño y la otra a la cocina.
Lo único que hacía que el no se sintiera ahogado en aquel lugar,
era la gigantesca ventana que se hallaba justo sobre la cama y proveía al lugar de una luz fantástica. Tras unos cuantos minutos más de observación, Jimin halló en un rincón un bonito y potente equipo de
música y un mueble repleto de CDS.-Cinco mil quinientos dólares por el cuadró
Dijo de repente
-¿Para qué lo quieres? Aprecio ese cuadro.
-Para el living de casa...El quedó casi perplejo
-De todas formas nunca tengo muchas visitas. Puedo hacerte un cheque ahora mismo.
-¿Y entonces, en tu habitación qué esperas poner?
El preguntó sin prestar atención alguna a lo del cheque.-No lo sé aún. No he visto nada que me motive, ¿tienes alguna otra cosa para mostrarme como sugerencia?
Él estaba casi perplejo, pero más bien divertido y optó por seguir con la charla del modo en que se venía dando, es decir natural.-Te podría hacer uno que combine con este, si tienes poca variedad en tus paredes. Ahora, si tienes todas tus paredes cubiertas, olvídalo
porque no se notará la combinación.Jimin que había sacado la chequera de su cartera y había escrito los números ya, arrancó el largo y amarillo papel y se lo entregó diciendo.
-Me compré el departamento hace una semana, es todo blanco, con pisos nuevos, lo único que tengo allí es la cama donde duermo en la habitación. Aún no he comprado ni un mueble más por lo que tampoco me he preocupado por los cuadros que colgaré, éste surgió
simplemente de casualidad. Pero me agrada tu idea y se me ocurre algo.
¿Quieres oírlo?Él lo escuchaba con todo su interés y lo animó a seguir con su mirada sin emitir palabra alguna.
El por tanto continuó
-Me imagino mi propia cama en el cuadro frente a ella, que tiene
cuatro palos en sus esquinas y sostiene un alto techo sobre el lecho, a su vez hay cortinas alrededor que se pueden correr o semi correr.
Me gustaría colgar de las muñecas a un hombre allí adentro, desnudo y vendado como en el otro cuadro.Suga ahora lo miraba completamente serio y dijo
-Entiendo la idea y creo que me agrada. ¿Cuándo comenzamos?
¿Te atreverás a soportar modelar para eso?Jimin sonrió y dijo
-No sabía que necesitaras un modelo y ciertamente jamás se me cruzo por la cabeza que sería yo.
-No necesito ningun modelo, el otro lo hice sin atar a nadie de ese modo imposible, pero en este caso no meterás a un hombre que no seas tú mismo en tu propia cama. Ni siquiera inventado ¿O sí? Si quieres, vamos allí, vemos la situación, te tomo unas cuantas fotos de cómo te imaginas la idea y yo a mi vez contribuyo con mi punto de vista y luego nos ponemos de acuerdo en qué es lo que haremos.Jimin parpadeó pero él parecía muy decidido y ahora actuaba serio y profesionalmente
-Vístete, si tienes un rato te llevo a casa