Cuando la cámara de él terminó de hacer clic a su alrededor, el
tenía ya un poco de frío y las muñecas le dolían.
Sintió el peso de él sobre el colchón acercándosele y luego sus ojos fueron liberados para que se encontraran con los de él que lo miraban de un modo extraño–Estas algo tenso –dijo suga en un susurro–, para la próxima vez quiero que te relajes como si ya estuvieras resignado, o más bien
entregado a lo que sea–Suéltame.
Pero él parecía no escucharlo o simplemente no prestarle atención, estaba altamente concentrado ahora en su boca a escasos centímetros de
el.–No se te ocurra besarme, ya tengo a alguien, no arruines el trabajo y me fuerces a rechazarte.
Entonces él sonrió y apartó la vista para concentrarse en desatarlo
Una vez suelto Jimin se apartó de él y se vistió, para decir
–Me tengo que ir.
La idea era echarlo, pero Suga preguntó–¿A dónde vas? ¿Puedes llevarme de vuelta?
Jimin miró su reloj sin alterarse:
–Tengo que bañarme –dijo pensando más en voz alta que otra cosa-si me esperas te dejo de pasada.
En realidad estaba bien, el lugar de Suga, quedaba a unas pocas
cuadras antes de llegar “al departamento”, donde se encontraría con su amante.–Está bien te espero aquí –contestó él de modo simple y se acostó en la cama para cerrar sus ojos.
Jimin se le quedó mirando, estaba seguro de que él no tenía ni idea de que estaba siendo atrevido e invasivo, aparte de poco ético y muy alejado de las normas de comportamiento social a las que el estaba
acostumbrado. Lo dejó allí por supuesto, sin decir palabra alguna y se metió en el baño para ducharse.
Para cuando salió, él estaba profundamente dormido. Entonces se vistió y le preparo un café que luego paseó por debajo de su nariz para
despertarlo.
Cuando él abrió los ojos el preguntó de un modo mucho más dulce del que hubiera deseado.–¿Estas despierto o sólo tienes los ojos abiertos?
Él se revolvió y se sentó en la cama tomando la taza de café y antes de tomarse un sorbo afirmó
–¡Estas precioso!
–¡Gracias! –Luego, apartándose de él agrego–: Apúrate, quiero irme y deshacerme de tí lo antes posibleÉl sonrió y lo miro seriamente
–Mañana mismo tendré las fotos reveladas. ¿No te la pasaras con él también mañana o sí?
–No tienes un teléfono en donde se te pueda ubicar, no quiero ir a tu casa o que tú me caigas de improvisto.Suga tampoco contestó a su vez y tras algunos segundos de
silencio volvió a hacer otra pregunta distinta. La conversación parecía de
locos, donde no había un tema y cada uno seguía el suyo–¿Qué edad tienes?
El lo miró con una ligera nota de fastidio
–¿Terminaste el café ya? Levántate o me iré dejándote aquí aunque sea mi propia casa.
–Tengo más años que tú, eso es seguro.El cayó en la trampa y arrugando el ceño respondió
–¡Pero ni por equivocación! Eres un niño.
–Tengo veintiséis años y aún no sé tu nombre.Jimin tenía veintitrés años, se le quedo mirando y aparto su vista
–Por favor suga mi nombre es Jimin y de verdad quiero irme
Suga asintió con tristeza
–Seguramente es un viejo con plata. Te debe haber regalado ese diamante enorme que cuelga de tu cuello y calculo que sólo te usa para la cama.
Jimin lo escuchó con seriedad y respondió
–No hace ni dos horas que me conoces, apenas sabes mi nombre, no es muy sano nada de lo que me estás diciendo y creo que está más que claro que no quiero nada contigo, excepto que me hagas un cuadro, pero si me lo complicas, pronto tampoco querré eso.
Suga no le contestó y ambos hicieron un prolongado silencio
incomodo, así el se puso en marcha y él lo siguió. Cuando llegaron en el auto hasta la casa de él, Suga antes de bajarse–Mañana al mediodía estaré en tu casa. Y cuando quieras
rechazarme la próxima vez, no digas “ya tengo a alguien”, di “no estoy interesado en ti”.El no parecía enojado, sólo serio. Jimin se sintió algo mal, el comprendía que él lo debilitaba de algún modo extraño
–No busco una pareja nueva, eso es todo lo que tienes que entender.
Luego, podemos hacer de esto un simple trabajo y nada más, o quizás ser amigos, lo segundo queda a tu criterio.
