capitulo 28

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-eh...

-escucha se lo tonto que puede parecer pero piénsalo, tiene sentido

-no lo dudo, es solo que, ¿todavía podrá...?, digo, tiene como setenta

-¿y tu que sabes?, es la única posibilidad que se me ocurre porque si nadie la  quiere, si tu no la tocaste y mientras no aparezca ningún otro responsable creo que al único que podemos mencionar es a Gianluca. Ademas, nosotros que sabemos si puede o no, ¡nunca se sabe!, mira nosotros...- me calle porque supe inmediatamente que no había sido un buen comentario, ahora debía arreglarlo

-¿que se supone que estas tratando de decir Azul?- se enojó, no quise decir eso pero claro, no me exprese bien

-nada, bueno, lo que quiero decir es que...

-ya mejor no sigas

-Paolo- supliqué- no quise decir eso, es solo que hay muchas personas que creen que un hombre después de los cuarenta ya no ¨funciona¨, pero obvio yo no pienso eso porque se que no es cierto y te lo dije porque nosotros podemos creer que como ya tiene quien sabe cuantos años ya no puede, ya no sirve pero quizá estemos equivocados y al final él resulte siendo el padre del hijo que espera mi hermana 

-si esta bien tranquila, entiendo y tienes razón aunque, ¿eso lo convertiría en tío de Jade?

-obvio... esto es raro

-demasiado- reímos-  mejor cambiemos ya de tema, ¿has hablado con Bakri?

-no... reconozco que me ha llamado pero no he respondido, se que cometí un grave error al ofrecerle un trato, sin querer le di falsas esperanzas y la verdad me siento mal por eso, ¿sabes?, él no es malo, claro, si lo tiene de aliado, pero a pesar de todo se que estoy jugando con sus sentimientos y no debí, me siento mal por eso 

-arregla esto rápido, quierase o no, no me gusta saber que aun cree poder lograr algo contigo

-si tranquilo, hablare mañana con él, por ahora ya es tarde

-bien, como quieras...

NARRADOR OMNISCIENTE...

El lunes por la mañana Azul recibió una no tan inesperada visita, Paolo ya estaba en el consorcio pues ahí se reuniría con sus abogados para prepararse para el juicio, por lo cual Azul estaba casi sola en casa pues estaba jugando con sus hijos en el jardín cuando Flora apareció para avisarle de aquella visita y teniendo que dejar a sus hijos se dirigió al salón donde lo recibió 

-disculpa que haya venido pero no me respondes, no me has dicho nada mas sobre lo que acordamos, no entiendo nada  

-no te preocupes, se que debí llamarte, dije que lo haría pero lo termine olvidando, quiero dejar claro que todo lo que dije aquel día no fueron mas que disparates de una mujer desesperada, te pido perdón por haberte dado alguna ilusión y por pedirte lo que te pedí, de eso no pasará nada así que lo único que te puedo decir es que yo amo a mi marido y confió en él, yo misma vi como esta mi hermana, esta fuera de si, en su estado nada de lo que dice puede ser confiable 

-espera, espera, ¿quieres decir que le crees a tu marido?

-si, si le creo y creeré en él siempre 

-pero... Azul por favor

-lo lamento pero no podrás hacer nada para cambiar lo  que siento y pienso, debo reconocer que cuando empezaron todos estos problemas dude  amar a Paolo, que en mi cabeza llegó incluso a formarse la idea sobre como seria darte una oportunidad pero... pero no, lo lamento mucho pero ahora he podido reafirmar mis sentimientos, hoy mas que nunca se que es lo que siento y no pienso ocultarlo ni dejar que desaparezca, amo a mi esposo y le creo, seguiré siempre a su lado, siempre con él  

-¿es tu ultima palabra?

-si, si lo es

-entiendo, esta bien, descuida yo... yo no volveré a buscarte, no volveré a interponerme entre tu y tu felicidad, y si esta es con él pues no hay nada que yo pueda hacer, cuando llegaste a mi casa estaba seguro que podría lograr algo pero si ya tomaste una decisión no pienso seguir estorbando, te juro que no volverás a saber nada de mi, adiós Azul, te deseo toda la felicidad el mundo- se levanto y se fue, en otras circunstancias, si y solo si Paolo no existiera en su vida, estaba segura que hubiera podido estar con él pero las cosas no eran así, ella  estaba casada y muy, muy enamorada. No le gustó la forma en la que se fue pero era lo mejor, quizá hubieran podido haber sido amigos, o quizá Azul conservaba aun una pequeña parte de aquella  ingenuidad en el amor de creer que todos pueden llevarse bien luego de una situación como tal. Confundida regresó para seguir jugando con sus hijos...

Paolo mientras tanto ultimaba detalles con sus abogados y Balestra sobre lo que se les vendría encima al día siguiente, inevitablemente él y Azul debían estar presentes, debido a que el testimonio de los Assad podía ser de gran ayuda, ellos tendrían que estar presentes para testificar en favor o en contra de Mariana, nadie lo sabia; se buscaría conseguir la orden judicial para practicar una evaluación del estado mental de Mariana y determinar el lugar donde cumpliría su condena

-bien Balestra, por enésima vez dígame por favor  que todo es una broma y que no tengo que estar ahí

-lo lamento señor pero no es ninguna broma, su presencia es mas que necesaria al igual que la de su esposa

-no, no, no, ¡no!

-disculpe señor pero ¿por que no desea estar presente?- inquirió Arizzo, uno de los  tres abogados presentes 

-son tres razones, la primera es que odio los tribunales, la segunda es que detesto los escándalos y la tercera... la  tercera es que... ¡joder me dan sueño los juicios!, por suerte no he estado en muchos pero a los pocos de los que no me he podido librar pues, siempre me quedo dormido 

-pero señor, ¿por que?, un juicio no es algo aburrido, ademas es algo serio, un momento decisivo del futuro de una persona 

-si, ya lo se Arizzo pero yo, yo no sirvo para eso...

Aunque Parezca Imposible (TEYP Libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora