Capítulo 3: Cuando todo comienza

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-¡Wuuu!-Aúlla Thiago entretenido ante la confesión de Edric. -¿Quién es?

Edric sonríe y niega con la cabeza. –¿Por qué no jugamos ya al juego de la copa?

-¡Eso! Edric, ve a traer una copa y déjame las tarjetas así las acomodo.-Suelta Lina un tanto nerviosa.

Mientras Lina posiciona las letras en la mesa, decidimos tomarnos un último shot de vodka.

-Sí que está fuerte.-Murmura Clara arrugando la frente y con la voz afectada.

Edric llega con la copa de cristal y la coloca en el centro del círculo que armó Lina. Además del abecedario, están los números del 0 al 9 y las palabras SÍ, NO y ADIÓS.

-¿Saben todos cómo jugar?-Pregunta Edric. Eleanor niega con la cabeza. –Todos deben poner su dedo índice en la copa. Traten de nunca sacar el dedo hasta que termine el juego, ni mucho menos levantar la copa. Haremos preguntas y veremos si hay resultado. Es importante tomarse esto en serio. Concéntrese y no se rían.-Dice esto último mirándome a mí. Levanto una ceja en respuesta. -Para terminar de jugar, hay que despedirnos y el espíritu debe decirnos adiós.

-Edric...-Balbucea Eleanor. -¿Es cierto que los espíritus se quedan en la casa?

-Eso dicen.-Contesta Edric serio. Se acerca a un aparador y saca cuatro velas del cajón. Eleanor traga saliva.

Suspiro y hago un esfuerzo para hacer lo que pidió Edric y tomarme esto en serio. Creo que me va a costar.

Edric coloca las velas encima de algunos muebles, las enciende y luego apaga las luces. Nuestras caras quedan tenuemente iluminadas. Hace unos minutos estábamos riendo y tomando alcohol y ahora estamos haciendo esto. ¿Es en serio?

Y tal y como lo predije, un relámpago ilumina la sala a través de las ventanas y después de unos segundos se escucha un trueno. Genial, la tormenta ha llegado.

Edric toma asiento. –El que se ríe o no lo toma con la seriedad necesaria, queda fuera.-Repite. Todos asentimos. Se aclara la garganta. –Si hay algún alma vagante aquí, con deseos de entablar una comunicación con nosotros, por favor que ingrese a la copa.-Edric toma la copa y la coloca boca abajo. Pone un dedo encima y el resto hacemos lo mismo. –¿Hay algún espíritu dentro de la copa?

Se hace el silencio. Esperamos unos segundos hasta que el estruendo de un rayo hace retumbar las ventanas. A mi lado, Eleanor salta en su silla y retira la mano de la copa como si se hubiera quemado.

-Eleanor... Sabes cuáles son las reglas. No sueltes la copa.-Le recuerda Edric. Eli cierra los ojos, toma aire y los vuelve a abrir, colocando su dedo nuevamente junto a los nuestros.

-Tranquila.-Le susurro y le sonrío de lado. Ella sólo me mira y asiente.

-¿Hay algún espíritu con nosotros?-Vuelve a preguntar Edric, con voz fuerte y clara.

Centro toda mi atención en la copa y en si se mueve al menos un milímetro. Pero no pasa nada. Los segundos pasan y puedo sentir como mi brazo se empieza a cansar. Es cuando Edric abre la boca para volver a hablar cuando pasa. La copa se mueve, con mucha lentitud, hacia el SÍ. Inmediatamente escudriño el rostro de todos, buscando algún indicio de que sea alguno el que la está moviendo. Lina tiene los ojos muy abiertos, Clara la boca entreabierta, Thiago está un poco pálido y Eleanor... Bueno, sin dudas está aterrorizada. Tiene que ser Edric. Tiene los labios apretados, formando una línea.

-¿Puedes decirnos tu nombre?-Pregunta Edric.

La copa se dirige lentamente hacia la letra S, luego hacia la A, baja hacia la R y se detiene otra vez en la A.

Aquel Maldito VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora