— ¡Mis ojos! —Miraron a Pamela cubriendo su rostro y gritando con desesperación, Dean fue directo a ella, sosteniéndola con preocupación. — ¡No veo nada! ¡Estoy ciega! —Siendo imposible ya, Pamela quería derramar lágrimas de dolor insoportable que apenas la mantenía consiente; sus cuencas oculares estaban totalmente quemadas, así como todo a su alrededor, desprendiendo todavía calor que salía en vapor.
—Castiel, debes curarla. —Pidió suplicante, sintiéndose culpable por lo que había pasado, nadie podía culparla, ver la forma real de un ángel era demasiado abrumador para los humanos, más aún la presencia de dos. Rápidamente Castiel cubrió los ojos de Pamela, hizo resplandecer con una luz la palma de su mano y se concentró en sanarla, cuando estaba a punto de acabar pareció decaer con sus defensas, sintiéndose débil. Finalmente terminó, con un par de gotas de sangre bajando por su nariz y un dolor de cabeza agudo.
—Castiel, ¿estás bien? —El más alto se preocupó esta vez por su ángel, ya que Pamela había quedado inconsciente por el exceso de energía.
—Ya lo saben, saben que lo recordamos, apuesto a que bloquearon más mis poderes y no tengo mucha fuerza, tenemos que llegar ahora. —Castiel se levantó con ayuda del rubio, molesto por la memoria recién recuperada, y por todo lo que le habían quitado, de todo lo que había perdido.
—Seguramente llamarán de nuevo a esos petulantes de Rafael y Miguel. —Dijo malhumorado.
—Más bien a Amenadiel. —Corrigió el ojiazul. —El responde a los problemas, y les informa a ellos, tenemos que detenerlos, sé que tratarán de culparnos por este asunto de las muertes.
—Llevaré a Pamela arriba y le dejaré una nota, intenta hacer contacto con Zachariah, sé que él no estaría detrás de esto, detesta suficiente a los humanos como para estar de acuerdo.
—Dean, Domiel... —Castiel lo tomó de su muñeca, llamando la atención de esos ojos tan queridos. —Perdóname por olvidarte, lo lamento, por permitir que pasara todo esto. —El rubio lo miró, regalándole una sonrisa, tratando de calmarlo.
Bien saben que está absolutamente prohibido, no permitiremos que las cosas se salgan de control, hay reglas y tienen que acatarse, y por consiguiente, castigos cuando se desobedecen. —Michael mostraba una postura seria, rígida y autoritaria frente al gran embrollo que tenía que arreglar, si bien jamás había pasado antes, debía tomar medidas por el bien del orden celestial.
¡Blasfemia! Es lo que es éste problema, ¿cómo pudo ocurrir esto? ¡Va en contra de todos nuestros principios y todo lo que creemos! —Por otro lado, Rafael estaba tan furioso que creía que podían caerse sus plumas de toda esa rabia y repulsión que sentía arder en su gracia.
Frente a aquellas miradas desaprobatorias yacían dos almas cabizbajas, resultado del descubrimiento de su gran secreto. Domiel y Castiel eran sus nombres, ambos preocupados por el fin que les darían, seguramente con la muerte, o aún peor, el destierro; ¿cuál era el problema? ¿Qué cosa había sido tan terrible como para castigarlos de ese modo? Déjenme decirles que ese crimen tan atroz fue enamorarse, hacerlo perdidamente uno del otro y ocultarlo por cientos de años, fue ver más allá de una hermandad, surgir sentimientos además del respeto y protección hacia sus semejantes, fue crear un lazo tan complejo que los unía de formas que algunos jamás podrían comprender, causando ese odio y decepción, tal vez a algunos incluso fascinación. ¿En realidad ellos tenían la culpa? ¿Desde cuándo el amor era un acto maléfico? Sin duda era totalmente injusto que estos seres no tuvieran derecho alguno sobre sí mismos, de sus acciones, pensamientos ¡y emociones! Cualquiera merecía libertad, ése era el objetivo de la vida por encima de todos los mandatos, ¿de que serviría existir, si solamente se te permitiera obedecer? Era un insulto total para todos aquellos seres divinos, pero aun así, se mantenían fieles y rectos, defendiendo y creyendo la palabra de su creador antes de cuestionar lo injusto. Es lo que se habían atrevido a pensar desde hace mucho ese par, que subieron hasta la cima su decisión de estar juntos por arriba de todas las cosas.
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El alma y la mente no van de la mano
FanfictionDean pierde a lo único que le quedaba en la vida, y es por ello que empieza su búsqueda para encontrar una forma de salvarlo. Sólo quería recuperar lo perdido. Castiel es enviado a una misión después de siglos de no haber pisado la tierra, el manda...