Dedicado a SamanthaJaksic quien aportó unas buenas teorías y argumentos 😉
•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•Tres Quintos
Hospital Paris Falls, 24 de febrero, 8:22 am
¿Estaba loco?
Ella no podía estar cantando aquello, esa música no. Era imposible. Poco probable. Impensable.
Sin embargo, ella entonaba el cántico en voz soprana, pero al mismo tiempo de una forma dulce y cargada de un sentimiento indecible.
La observaba sin perder un solo detalle, tal vez por primera vez en años, observándola de verdad. Todo el tiempo en que convivió con Marinette Dupain Cheng, nunca prestó la atención necesaria resultando en grabar su fisonomía,
Ahora, sin embargo, podía verla con claridad.
La piel pálida, la nariz arrebatada, los ojos increíblemente límpidos y azules, como el reflejo del cielo sobre el mar.
Sin hablar del cabello.
Hilos azabache que le caían lisos por los hombros, enmarcando su cara en la más perfecta cosa que Adrien había visto ese día, y no eran ni nueve de la mañana todavía.
Luego el aliento necesitó ser tragado dentro de los pulmones, entonces, y apenas entonces, se dio cuenta de que su visión le hizo perder el aire.
El sentimiento de nostalgia que la música trajo a su pecho fue el puente para encender la luz y ver a la mujer con otros ojos. La capacidad de cantar, exactamente como su difunta madre cantaba, suave, sereno, incluso las pausas en la letra idéntica, lo dejó atónito, y pasó a considerar la historia loca de ella con un fondo de realidad.
Pero eso era algo que sucedería en ínfimas ocasiones dentro de billones de miles de millones de posibilidades.
Se sintió idiota, se confesaba a sí mismo. Pero ... ¿Es concebible?
En la puerta, Marinette se dio la vuelta con una inmensa sonrisa en la cara, que disminuyó hacia algo más discreto al ver de quién se trataba.
—Doctor Agreste— dijo ella— estoy sorprendida de verlo, por lo general me visita más tarde.
Adrien entró lentamente en la habitación, con las manos en los bolsillos de los pantalones vaqueros y el chaleco abierto, mostrando la camisa negra que vestía por debajo.
—Empecé mi turno hace unas horas y ... bueno, pasé para ver cómo estaba usted, pues terminé mis quehaceres por ahora.
Dupain dejó el cepillo de pelo en el aparador de la ventana. Se sentó en su lecho y juntó las manos sobre el cuello, arreglando disimuladamente la camiseta del hospital.
Se sentía avergonzada delante de él. Hasta hace poco tiempo, él era su marido, con quién compartió la vida y la cama, una hija, un hogar, y ahora era prácticamente un desconocido.
Él, por otro lado, también tenía una leve incomodidad cuando se encontraban solos. Se sentía en la posición de un canalla que podría romper el corazón de la residente en cualquier momento.
—Me siento bien ... más que bien— ella murmuró— sana como un caballo.
Adrien asintió, para mostrar que creía en ella, entonces se acercó, sentándose en una silla delante de la mujer.
—Sabes, nos has dado un ...
—Un susto, lo sé— lo interrumpió, dejando una risa escapar de los labios rojos— la doctora Césaire me dijo lo mismo. Fui electrocutada, ¿no?
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Una Segunda Vida [Adrinette]
Fanfiction[ShortFic AU] °•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•° La proyección de la conciencia es la separación entre el cuerpo físico y el cuerpo psicosomático (astral) para capturar la energía, recibir información y realizar tareas en la dimensión espiritual o energético...