Capítulo 4

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Dedicado a SamanthaJaksic y MarinetteHernandez
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Cuatro Quintos

Hospital París Falls, 26 de febrero, 14:58 pm

—Estoy absolutamente seguro.— dijo Luka totalmente convencido.

Adrien asimilaba toda esa información y, al fin, todo parecía tener sentido.

Bueno, casi todo.

Marinette sufrió una proyección de conciencia. La explicación que Luka encontró fue que todo lo que ella decía haber vivido, no era más que un sueño. Un sueño totalmente proyectado por su mente durante el tiempo en que estuvo en coma, algo que reflejó sus deseos conscientes y subconscientes.

La realidad de los hechos narrados por la paciente fue totalmente divergente de los casos comunes, donde las personas denunciaban los mismos síntomas, pero con menos riqueza de detalles. De ahí la desconfianza de que, había posibilidades, de Marinette estar hablando de algo que realmente sucedió.

Pero por lo visto, la historia no era así.

—¿Cómo le informamos eso a ella?— murmuró Adrien.

Luka se rascó la poste trasera del cuello, arreglándose las gafas de la cara.

—No sé.

Adrien se levantó de su silla. Estaban en su oficina dentro del hospital, y aquella tarde, Luka lo había buscado para presentar su diagnóstico.

El Agreste comenzó a caminar por el recinto, aún tratando de encajar todas las piezas de este confuso rompecabezas. Pero, por más que casi todo se complementaba con la más pura perfección, sabía que aún había una pieza que faltaba.

—Una cosa— el Agreste comenzó su discurso, atrayendo la atención del Couffaine. —Hay una cosa que todavía no tiene sentido para mí.

Luka lo miró, temiendo la pregunta que sabía que vendría de su amigo y, la cual, no podría responder.

Bueno, no sin la autorización de Marinette.

El secreto médico-paciente pertenece al paciente siendo el médico su confidente y guardián, solamente pudiendo ser revelado en situaciones muy especiales como: deber legal, causa justa o autorización expresada del paciente.

Eso quería decir que Luka había escondido una cosita o dos.

—¿Qué?— con la cara más aburrida del mundo, el moreno cuestionó.

—¿Por qué soñó conmigo? Y en ese sueño ¿porque teníamos una relación amorosa y una hija? Y por Dios, ¿de donde ella sacó a la niña?— Adrien hizo todas las preguntas a la vez.

Luka respiró profundamente, pensando en la mejor elección de palabras para remediar las dudas del neurólogo.

—Tú eres su jefe, el supervisor— dijo Luka —como se ven todos los días, es perfectamente posible que tú protagonices los paisajes de su mente, aún más si ella, antes de lo ocurrido, estuviera pensando en ti— no dejaba de ser la verdad. Una quinta parte de ella.

—¿Y la niña?— el rubio seguía confundido.

—No sé, tal vez es una proyección de lo que ella anhela. Es decir ... todas las mujeres quieren ser madre un día, o casi todas. Tal vez sea eso.

Adrien iba a preguntar algo más, pero una enfermera apareció en la puerta y pidió su presencia en la UTI en calidad de urgencia, y el Agreste salió apresurado.

Una Segunda Vida [Adrinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora