Toda mujer desea tener un hombre guapo, atento, sencillo, detallista, romántico en todos palabras El hombre perfecto.
Pero no todas corremos con esa suerte, algunas tienen novios o esposos infieles, abusadores, mentirosos.
Esos son mis pensamientos respecto a los hombres, desde que mi ex novio Koga me traicionó con una mujer llamada Ayame, no he vuelto a caer en los piropos de un hombre. Varios hombres han querido estar conmigo de todas las maneras, pero yo los rechazó porque se que al final harán lo que quieren y se irán.
Trato de enfocarme más en mi carrera de escritora y no en un pene dispuesto hacer cualquier cosa con tal de hacerme gemir.
Soy una mujer distante, tengo muy pocos amigos pero la única que me ayuda y me comprende es mi amiga Sango. Al final de todo no pienso meterme en la cama de un hombre que solo tenga pensado pasar una noche conmigo.
El hombre ideal no existe, esa oración pasaba por mi mente cada instante de mi vida.
Mis pensamientos se desaparecen al escuchar como alguien tocaba la puerta de mi departamento, con pasos muy perezosos voy hacia la puerta para saber quien rayos tocaba.
Sin terminar de abrir la puerta por completo miro como Koga mi ex novio se tira hacia mi, no encontré el equilibrio y caí al suelo junto con él. Estaba con una bata de baño y esta se me abrió mostrando mis pechos los cuales tapaban la cara de él, gemi un poco al saber que el cayó en medio de mis piernas.
- ¡¿Que rayos crees que haces?!
- ¡Kagome regresa conmigo!
- ¡Te he dicho miles de veces que no regresaré contigo! ¿Ya se te olvido porque te dejé?
- Perdoname mi amor, ella me estaba provocando.
- No me vengas con esas mentiras, aceptalo, eres un idiota, ni creas que volvere contigo.
Él aparto su rostro de mis pechos viéndome de una manera perversa, una sonrisa arrogante apareció en su rostro.
- Mi amor, si no quieres volver conmigo a tu manera, lo haré a la mía.
Mi cara cambio a una de enojo pero se desvaneció cuando el metió mi pezón derecho a su boca mientras mi otro pezón era acariciado de una manera que me hace perder la cabeza.
- Koga, no sigas.
- Aceptalo, te encanta.
Sus labios succionan mi pezón mientras su lengua se entretenía en el, no pude evitar gemir, mi mente estaba en blanco y de paso mi cuerpo no respondía.
De repente dejó de sentir su lengua, abrí mis ojos y miré como el se quitaba el pantalón y el boxer de un solo tirón
- Te retorceras tanto del placer que me suplicarás que vuelva contigo, mi amada Aome.
Me quede viendo como una ingenua sin poder hacer nada, él me mira con una sonrisa ladeada que haría babear a cualquiera y a mi, claro, cuando eramos novios.
Solo sentí como ese grande falo entraba en mi sin piedad, mi cuerpo me traiciona al soltar suspiros de placer mientras el se movía de una manera muy sensual como si se tratara de un Stripper.Enredo mis brazos en su cuello, al final de cuentas caí en la tentación.
- Eso es, gime mas fuerte, te haré gritar mi nombre con todas tus fuerzas.
- ¡Koga!
Narradora
Se contemplaba la unión de esos dos seres, Aome ya no pensaba más su mente se encontraba en blanco debido al placer que este le proporcionaba. De repente aquel joven de cabello negro la levanto del suelo para ponerla contra la pared a ella.
Aquella joven de cabello azabache sólo podía ver como el la tomaba sin compasión, cosa que le encantaba pero no podía expresar, pero su cuerpo decía otra cosa. Sus paredes se empezaban a comprimir mediante a los movimientos que con el pasar de los segundos, minutos y horas aceleraba las embestidas al sentir que ya estaba cerca de terminar con lo que empezó.
( ___ )
- Koga, detente, ya no me hagas esto.
El detiene sus movimientos, la miro con determinada contemplación, se sentía orgulloso y su ego se elevo al ver el delicado cuerpo de la chica debajo de él sudando, su respiración agitada seguido de suspiros, jadeos y gemidos de placer que ella no quería aceptar, el cuerpo de ella se podía ver como estaba de rosado debido al sudor y al "ejercicio" que estaba realizando.
Lentamente el se acercó a su oreja, comenzó a morder el cuello dejando marcas de lo ocurrido, esto lo hacia el joven con el fin de recordarle a ella quien es el dueño de su cuerpo y vida, subió lentamente hacia la oreja de Aome, mordiéndola haciendo que esta suspire.- Eres muy dulce mi querida, pero ya paremos de ser aburridos y concentremonos en la diversión.
Aome
No quería que se detuviera pero no quiero que siga, en la manera que lo hace me lastima ya no quiero que juegue y me utilice cuando el quiere.
Como pude coloque mis manos en el fornido pecho de el, pero él lo tomó como una iniciativa, no aguantaba más en cualquier instante tendría un orgasmo.- ¡Ya no aguanto más Aome!
- ¡Detente Koga!
- Muy tarde pequeña.
Sentí un bulto formarse en mi vientre a punto de estallar, las embestidas de Koga me estremecían a cada instante, el sonido que produce nuestra unión hace que sea más excitante, sus ojos están consumidos por la pasión.
Narrador
En la habitación sólo se podía escuchar los jadeos de dos jóvenes entregándose a la pasión, los dos se miraban mutuamente, Koga miraba como los pechos de Aome se agitaban debido al gimoteo de ambos, acerco su boca al pecho derecho y con su mano se dispuso a entretenerse con el otro, ella grito de placer, con besos y mordidas en su cuello subió el joven hasta los labios de la bella azabache que tenia los ojos llorosos debido al placer.
- ¡Ya no aguanto más, Koga!
- Vamos amor, esperame un poco más.
Aome enredó sus piernas al sentir como Koga se derramaba dentro de ella, intentando calmar sus respiraciones, ella volvió a la realidad y al ver el gran error que cometió al dejar llevarse por el placer, se separo rápidamente de él.
- Vete de mi casa maldito.
Él miro ha Aome incrédulo, olvidando la situación se acerco a ella pero se detuvo al sentir un ardor en su mejilla, con lágrimas en los ojos lo arrastró hacia la puerta, agarró la ropa del hombre que solo hacía nada más y nada menos que solo lograba romper más el corazón.
- ¡Vete y no regreses!
- Pero Aome...
Le tiro la puerta antes de que terminara de hablar, se apoyo contra la puerta cayendo lentamente al suelo, sus lágrimas salían sin cesar.
- Eres un idiota Koga.
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Enamorándome de un pervertido
RomanceNunca creí que una mirada me cautivará mi corazón de una manera inigualable, cuando sus manos tocan mi piel se siente una placentera corriente atravesar mi cuerpo de pies a cabeza. No debí enamorarme de alguien asi.