Narradora
Dos cuerpos en busca del placer disfrutando como si no hubiese un mañana, explorando cada parte prohibida como si fuera un prodigio el cual admirar.El intruso no cabía en si, su mente estaba en blanco, su cuerpo temblaba del placer que la chica le hacía sentir. Con la vista nublada por el placer miro como ella succionaba su pene con tal fuerza, con sus manos temblorosas agarró el cabello de ella escondiendo sus dedos en su cabellera.
-Lo haces muy bien.
Aome enredaba la lengua como si se tratará de un dulce lo saboreaba con cada pasar, sintiendo como el sujeto le movía la cabeza para ir más profundamente en su cavidad bucal. Ella se separó de él para verlo fijamente, lo único que se podía apreciar era cómo ese hombre que parecía griego estaba jadeando y temblando del placer y con un voluptuoso amigo que brillaba por la luz de la luna que entraba por la ventana de la habitación y el cual parecía estar palpitando.
Eso a ella le gustó, sin más que esperar se sentó lentamente encima de él y con mirada desafiante le pregunto.
-¿Quieres que siga?
Él no lo pensó dos veces y la agarró de los muslos haciendo que su pene por fin entrará en la vagina de la chica, gimieron de placer al sentir tal corriente atravesar sus cuerpos.
-Eres sabrosa.
Ella no sabía que es lo que estaba haciendo, quería parar pero su cuerpo no correspondía a la orden de "parar", él empezó a mover las caderas haciendo que ella suspire y así siguieron hasta que las embestidas fueron de lentas y suaves a rápidas y fuertes.
Él se paró para acostarla en la cama y así seguir embistiéndola, agarró las piernas de Aome para sentir mejor sensación y más profundidad haciendo que ella grite por más.
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Enamorándome de un pervertido
RomansaNunca creí que una mirada me cautivará mi corazón de una manera inigualable, cuando sus manos tocan mi piel se siente una placentera corriente atravesar mi cuerpo de pies a cabeza. No debí enamorarme de alguien asi.