Buscando que Bakugou pierda (Parte 2)(Advertencia:+18)

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La semana de Bakugou comenzó teniendo un peor humor que de costumbre, sabía lo que le avecinaba desde el momento que pusiera un pie en el aula de clases. Eso sí, no espero la realidad. Solo salió de su habitación parar dirigirse a su clase cuando de pronto un enorme globo de agua con colorante azul se le fue estampado en el rostro empapándolo de una forma muy considerable. Ahora su camisa blanca era azul, su saco manchado y su rostro se había colorado.
A quien tenía delante no era nada más y nada menos que Kaminari.
-¡Kaminari eres un...!-
El otro rubio se inclinó un poco poniendo la mano a un costado de su oreja dando el ademan de "Soy todo oídos" –Si ¿Kacchan? ¿Un qué?-
-Todo un diablillo, tan simpático- Portaba una sonrisa tan forzada, regresó a su habitación.

Bakugou llegó al aula, varios estaban en silencio principalmente por contener la risa. Tenía ropa limpia sin embargo el cenizo tenía toda la cara y cuello así como mechones de cabello de un azul muy llamativo.
Fue a tomar asiento, ambas manos estaban cerradas en puño, clavaba las uñas en la palma de su mano; en cualquier momento podría sacarse sangre. Tomo asiento.

Llegó el martes.

-¡Mira qué lindo!- Uraraka tomaba varias selfies junto a sus compañeros, el filtro les ponía orejas y bigotes de gato. -¡Midoriya! Inténtalo- Le prestó su teléfono, el peliverde observaba con curiosidad.
La voz de Sero resonó. –Oye, creo que Kacchan también quiere tomarse fotos contigo-
-¿uh?- El mencionado quedo exaltado.
-¿En serio?- Midoriya mostraba demasiado entusiasmo al respecto.
Bakugou tenía ahora un tic en su parpado inferior derecho. –Espera- Azoto su frente contra su escritorio al menos 5 veces. Al quedarse quieto un poco de sangre fue escurriendo de su frente.
-C-claro, Izuku-

Técnicamente así fue durante toda su semana, resistía con todas sus fuerzas no explotar todo el colegio porque si había llegado tan lejos no se dejaría llevar tan fácil ante las provocaciones de sus amigos, sin embargo sorprendentemente Kirishima no había estado involucrado en nada de eso.
Bakugou no era estúpido.

--------Advertencia, el siguiente texto contiene escenas subidas de tono ¿Para qué hago esta advertencia? Nunca les hacen caso-----

Kirishima se preguntaba como había llegado a esa circunstancia, no es que se quejara mucho. Estaba algo triste porque su novio había conseguido ganar la apuesta, también orgulloso por la gran fuerza de voluntad que poseía lo que daba un aire todavía más masculino.
Actualmente en su cama, Bakugou Katsuki estaba sentado. Usando una de sus camisas, esta le quedaba grande excepto por la zona de los pectorales, ahí se encontraba sumamente ajustada.
En las piernas un par de largas medias negras traslucidas sujetadas por un liguero a la ropa interior de encaje negro con detalles rojos.
Esas largas piernas invitaban hacia el prohibido fruto oculto al final de estas. Y esa blanca piel le gritaba que lo mordiera, que lo chupara, que lo destrozara hasta no dejar lugar alguno sin ser marcado. Pintado con hambrienta lujuria. El teñido dejo caer su mochila, iba acercándose al mismo tiempo que con una mano aflojaba su corbata, sin embargo, no alcanzo a si quiera tocarlo cuando la punta del pie ajeno termino sobre su pecho deteniéndolo. Alzarla de esa manera solo le permitían al pelirrojo seguir el camino hasta la ropa interior; deseoso de arrancarla a mordidas.

-¿Crees que soy idiota? ¿Eijirou?-Oh, esa grave voz. Estaba demasiado perdido en el cuerpo de su amado que ni siquiera fue capaz de responder apropiadamente. –Fue a ti al que se le ocurrió todas las jugarretas pesadas ¿no es así?- Fue bajando su pie acariciando el torso hasta detenerse en la entre pierna, empezaba a dar un suave masaje moviendo en círculos la creciente erección.

-Ay, dioses.- Trago saliva con pesadez. Bakugou se levantó, pego su torso al torso de su novio. Paseaba ambas manos por el largo de los brazos, eso era suficiente para dejarlo idiotizado, tanto así que Kirishima ni siquiera se percató de como el rubio estiraba su brazo nuevamente hacia la cama. Después fue dirigido a su silla, ahí lo sentó. Bakugou sobre su regazo sonreía malévolamente.
Ya era tarde, esposado con las manos detrás de su espalda y la cadena tenia de tope el respaldo.
-Katsuki. Podemos hablar esto de manera civilizada- Iba a ser castrado, lo sentía. Ni siquiera se pudo despedir de Eijirou Jr. Bakugou abandono el puesto en el regazo de su novio.
-Oh maldito bastardo. No tienes idea de cuánto tuve que soportar, y ahora, tú vas a soportar también-

Entre explosiones masculinas [One-shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora