Sin termerle a quemarse (Advertencia: +18)

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(Advertencia: Este capítulo contiene escenas de sexuales. Si no eres fan o te desagrada por favor saltarte la parte. De lo contrario disfruta. Tengo que hacer esto, sé que no le hacen caso pero más vale prevenir)

En la habitación de un hotel poco lujoso un par de cuerpos sudorosos se restregaban por encima de las sabanas, rechinaba el colchón con cada movimiento.
Silencio ahogado en gemidos sincronizados al acto de lujuria, con olores a sudor, a sangre, a sexo.
Todo sentido seria nublado al tan solo dar un paso dentro.

Estaba de espaldas al colchón un rubio cenizo, contaba con varios hematomas no necesariamente hechos al momento, si no, por una batalla contra el hombre que actualmente estaba entre sus piernas embistiendo hábilmente; cada choque producía un nuevo sonido lascivo acariciando sus tímpanos.
Ground Zero, héroe de renombre. Red Riot, villano.

-Vamos ¿Eso es todo?- Ground Zero formo una sonrisa socarrona, provocativa. Recibe un gruñido como respuesta, a eso solo acaricia su propio labio superior. –Si quería algo suave, hubiera ido con una chica- Las embestidas se detuvieron. Red Riot alzo la mirada, carmesí con carmesí ahora estaban en contacto, el villano de llamativos cabellos rojos carentes de naturalidad fue formando una mueca de inconformidad, eso solo alimentaba las ganas del héroe de provocarlo; jugar con el hasta quebrantar cualquier gramo de paciencia restrictiva. –Oh, es eso. ¿Eso eres, Red Riot? ¿Una chica?-

Inclino su cabeza un poco al costado pero jamás rompiendo el contacto visual. La poca luz otorgada a la habitación por parte de una lámpara de noche hacia reflejo en los sudorosos cuerpos dándoles un leve brillo. Así como al carmesí de sus ojos.
-Yo no soy el que tiene un pene dentro de su culo mientras lo embisten- Ahora Riot sonreía, creía haber triunfado en callar esos labios mal hablados. Pobre iluso.

-¿Eso hacías? Ni siquiera me había dado cuenta del momento en que comenzaste- Y con ello gano la contienda. El activo puso su mano sobre el cabello del héroe, jalo haciendo su cabeza hacia atrás dejando un camino más libre a los apetecibles cerezos que este portaba por boca. Junto ambas, no tardo en introducir su lengua sin permiso alguno, solo paseándose en la cavidad. Ambos músculos se acariciaban uno a otro con gula, dos salivas se volvieron una; la cantidad era tal que descendía por la comisura de sus labios, aquellos que encajaban como las perfectas piezas de rompecabezas.

Las embestidas se dieron lugar nuevamente, estas eran diferentes. No tenían cuidado alguno, no tenían ritmo alguno. Caderas empujando salvajemente la pelvis opuesta. Un miembro llegando a lo más profundo de las calientes entrañas que lo recibían calurosamente.
Tan bestiales que la cama había comenzado a moverse, la cabecera de la cama golpeaba fuertemente con la pared y las patas de estas rechinaban contra la madera del suelo ahora raspada.
Separándose del beso no hubo deseos de contener su voz.
-¡Joder! ¡Riot! ¡Vamos, más fuerte!-Rodeo la cadera del activo con sus piernas reduciendo la distancia de sus cuerpos. Ambas manos enredando los dedos en los rojos mechones, se aferraban con fuerza. Tenía la espalda arqueada por la simple contracción de las sensaciones al abuso de su próstata.
Estaba siendo sujetado con una mano firmemente por su angosta cintura, seguramente estaría la marca de los dedos. La otra gran mano lo tomaba por el hombro, eso lo mantenía al lugar.

¿Cómo llegaron a ese punto? Ni siquiera ellos lo sabían. Hace unas horas estaban frente a frente, atacándose agresivamente a golpes, explosiones, patadas; en zonas delicadas o lanzándose objetos. Hubo un punto donde Riot acorralo al héroe, solo se observaban teniendo epinefrina recorriendo sus venas ante el conflicto anterior, agitados. Sangrando, llenos de moretones, adoloridos hasta la medula sin embargo su deseo no era detenerse, habían comenzado a besarse.

Una cosa llego a la otra hasta la actualidad, eso sí, nunca se quitaron las mascara que a pesar de no privarlos de memorizar bien el rostro de su acompañante era símbolo de ser solo desconocidos, algo como "Lo que sucede con la máscara puesta, se queda solo así"

Entre explosiones masculinas [One-shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora