SunFlowers. ((JunHwan))

Capítulo 4.

Junhoe.

- ¿Te gusta estar en la sombra?... ¿O prefieres tomar un poco más de sol?... No estoy seguro Lucero, tomaste mucho sol ayer y no quiero que te canses. Mira, te dejare sobre esta sombrita y cuando termine de atender las rosas de papá te voy a poner un rato al sol, ¿te parece?.

- ¿Aún hablas con esa planta June? Por favor hijo, pareces loco hablándome como si fuera una persona, solo es una estúpida planta. Porque mejor en vez de estar ocupando tu tiempo con estas idioteces vas a limpiar la casa, es algo mucho más productivo.

Ese tono de voz tan asqueroso. El aroma a perfume barato. El sonido del plástico de sus tacones. Y aquella sensación de desprecio. Esta señora es como un combo de los restaurantes de comida rápida, solo que en vez de una hamburguesa con papas fritas te dan una desgraciada acompañada con una actitud de perra, y para llevar si así lo quieras.

Mi alarma interior sonó cuando la puerta de la casa era abierta de una forma realmente descuidada, por miedo de que hubiera sido un ladrón bajé deprisa pero lo único que me encontré fue con esta mujer alcoholizada y sudada. Me basto dejarla en su cuarto con unas aspirinas para que mi día comenzara en tranquilidad. Luego de aquello fui a la escuela, aunque hubiera preferido no ir ya que soportar estar solo todo el santo día es demasiado miserable.

No encontré a Bobby ni a Hanbin por los pasillos por lo que supuse que se habían quedado juntos en la casa de Kim. Con respecto al chico de los girasoles, desde que lo vi en la puerta de su escuela de música siempre trato de pasar por ahí o por el mismo sendero del primer día, pero siempre es en vano. Su mirada fría y sus palabras cortantes quedaron grabadas en mi pero de mi mente nunca se borrara su sonrisa.

- Yo estoy todo el día en casa... Por tus comportamientos de adolescente decidí no cambiarme a la escuela a la tarde, porque sabría muy bien que no estarías ni una hora en tu propia casa como una persona respetable Eunji.

- ¿Cómo me llamaste Koo Junhoe?

Mis palabras fueron hielo seco en la profunda garganta de la verdad. Gracias a esa mujer rechace millones de ofertas en mi vida y nunca me queje, ni siquiera cuando pasó el accidente y ella no se presentó hasta luego de dos semanas, no me queje. Pero ahora estoy demasiado ocupado con mis propios problemas como para lidiar con una niña de quince años.

- Eunji... Ahora dime, ¿acaso saldrás con algún otro hombre?... ¿acaso seguirás ahogándote en alcohol?... ¿acaso ver a tu familia destruida por tu culpa no es suficiente para ti Eunji?.

Sus suaves dedos impactaron contra mi mejilla. Aquellas manos que de pequeño me sostuvieron y me hicieron sentir amado hoy me habían volteado el rostro de un golpe seco.

- ¡Exijo respeto Junhoe! ¡Soy tu madre y lo que yo haga con mi vida no te incumbe así que cierra tu maldita boca!

Una bocina perturbó mis sentidos y sus ojos me dieron la verdad servida para segundo plato.

- Ve... De seguro te esta esperando, no querrás que tu hermoso maquillaje se arruine o que el bastardo de tu hijo te arruine una nueva oportunidad de amar... Así que ve, me sorprende que ya no te hayas ido hace tiempo.

- June...

El suelo se sentía frío a pesar del radiante sol abrazando mi cuerpo. Sus pisadas alejándose de mí eran más visibles para mis oídos por lo que no resiste mucho cuando aquella gran puerta se cerró de un portazo. No suelo derramar lágrimas por nadie... o por lo menos no por alguien que no las merezca. Me siento como un mosquito, luego de un tiempo alguien nota tu presencia y lo primero que hace es lastimarte.